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"Los libros no se tocan, se acarician": esto es lo que defiende Manuel Desantes, el custodio de la Biblioteca de los Libros Felices

Este lugar mágico de Alicante es el único sitio del mundo en el que se puede acariciar un incunable

La Biblioteca de los Libros Felices, el lugar donde los libros son acariciados

Madrid

Decía Federico García Lorca que "contra el libro no valen persecuciones. Ni los ejércitos, ni el oro, ni las llamas pueden contra ellos." Los libros llevan siglos recogiendo nuestra propia memoria histórica, primero como manuscritos, hasta la creación de la imprenta. Poca gente puede presumir de haber tocado en su vida un libro de la categoría de los incunables, aquellos impresos desde la invención de la imprenta de Gutenberg en 1440 hasta finales del siglo XV. Muchas menos podrán decir que tienen uno de ellos en su biblioteca personal.

"Cuando metemos la nariz en un libro que nació en el siglo XV olemos vida vivida, esfuerzo, humedad, polvo, la rosa que un amante introdujo en su página 135...en definitiva, huele a toda nuestra historia"

—  Manuel Desantes, custodio de la Biblioteca de los Libros Felices de Alicante

La Biblioteca de los Libros Felices, con sede en el Colegio de Notarios de Alicante, es el único lugar del mundo en el que los libros no sólo se pueden tocar y acariciar, sino que hasta podemos olerlos. Allí descansan unos 4.200 volúmenes organizados por siglos, materias, autores...entre los que destacan 16 incunables, y otros más de 2.000 ejemplares de los siglos XVI, XVII y XVIII, además de una de las mayores colecciones del mundo de obras de Cicerón, la primera edición florentina de la Divina Comedia de Dante, o un directorio de la Inquisición editado en 1585 en Roma.

Este lugar es el sueño hecho realidad del catedrático en Derecho Internacional Privado de la Universidad de Alicante Manuel Desantes, que sacó sus libros de casa para que todo el mundo pudiera apreciarlos: "Intentamos que tengan una humedad y temperatura constante, y además les queremos, acariciamos, y estamos con ellos", explica. La colección de Desantes es el resultado de una locura, de años recorriendo anticuarios y localizando esas colecciones que ahora reposan en las estanterías de la Biblioteca.

"Cuando metemos la nariz en un libro que nació en el siglo XV olemos vida vivida, esfuerzo, humedad, polvo, la rosa que un amante introdujo en su página 135...en definitiva, huele a toda nuestra historia", explica el profesor Desantes, que insiste en que los libros no se deben tocar, "los libros se acarician", exclama. Los libros mayores son nuestra historia, el eje de nuestra sociedad occidental, y "nos estamos olvidando de ellos, por eso les acariciamos y les cuidamos".

El año pasado fueron casi 3,000 personas las que pasaron por allí, y la lista de espera es de alrededor de un año. Todo aquel que quiera visitar la Biblioteca puede visitar la web de la Biblioteca de los Libros Felices y concertar cita. Se organizan visitas en pequeños grupos de 10 o 12 personas cada 2 o 3 semanas, "para no agobiar a los libros", explica su custodio.