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Sociedad

Un sociólogo da respuestas a la 'ambición silenciosa' de los jóvenes: "¿Hasta qué punto uno está dispuesto a que le expriman?"

Mariano Urraco asegura que los jóvenes no han tenido oportunidad de generar una "identidad sólida" con su empleo

Un sociólogo da respuestas a la 'ambición silenciosa' de los jóvenes: "¿Hasta qué punto uno está dispuesto a que le expriman?"

Aunque es difícil hablar de los jóvenes y su relación con el trabajo sin caer en generalizaciones, en muchos casos, se ha hablado de este grupo social como 'una generación de cristal'. Se ha normalizado referirse a ellos como 'flojos', se ha señalado su supuesta falta de ambición y la priorización de otros aspectos de su vida como el social y el personal. Existe una idea generalizada de que los jóvenes rehúyen los puestos de responsabilidad o el estrés que supone un cargo más demandante.

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¿Por qué se ha generado esta idea de las nuevas generaciones de trabajadores, y, en caso de ser así, por qué han perdido la pasión por el empleo? Tal y como explica el sociólogo Mariano Urraco en el 'Faro', se trata de un cambio reactivo. "Ante la situación del mercado de trabajo, optan por buscar alguna alternativa menos estresante o frustrante", detalla el experto. Urraco insiste en recordar que "el mercado ha tratado muy mal" a esos jóvenes a los que la sociedad se refiere como 'flojos' o 'sin ambición'. La generación a la que alude el término 'ambición silenciosa', ha optado por "partir de no tener ningún tipo de expectativas" para evitar esa frustración.

¿Falta de ambición o cambio en las prioridades?

Por su parte, Mariano Urraco se muestra un defensor de esta respuesta, ya que en la mayoría de casos, esta 'ambición silenciosa', viene dada por las condiciones que ofrece el mercado. "Muchos jóvenes estarían encantados de buscar la realización a través del empleo, pero como lo que les ofrecen es así; optan por otro tipo de salidas", detalla.

Otros de los puntos que explican la falta de conexión de los jóvenes con su trabajo tiene que ver con la identidad. Mientras que hace 40 o 50 años, el empleo era lo que organizaba la vida de las personas, para las generaciones que ha encadenado una crisis con otra desde su nacimiento, no se ha generado ese vínculo. "Muchos jóvenes actualmente les preguntas por su profesión y no saben qué responder", lamenta Urraco, que asegura que "ha sido tan azarosa, tan inestable y tan variable en el tiempo" que es difícil que hayan generado una identidad.

¿Cuántas veces nos han preguntado 'quién eres' y hemos respondido 'soy profesor' o 'soy ingeniero'? Mariano Urraco relata que "durante muchas generaciones, el trabajo era lo que nos daba el fundamento de nuestra identidad", reiterando el punto hasta el que la profesión les definía como personas. Pero el experto reconoce que los jóvenes ya no encuentran esa facilidad para definirse por el trabajo. "Esto no quiere decir que el trabajo no sea central en su vida, sino que en muchos casos, no han tenido la oportunidad de establecer esa identidad sólida", destaca Urraco.

Un sociólogo da respuestas a la 'ambición silenciosa' de los jóvenes: "¿Hasta qué punto uno está dispuesto a que le expriman?"

"Hasta qué punto uno está dispuesto a que le expriman. ¿A cambio de qué?", plantea Urraco. En la actualidad, se piensa que muchos jóvenes rechazan ascensos o puestos de mayor responsabilidad por miedo a que les suponga un mayor un estrés, pero el experto incide en la importancia que tiene para esta generación los que se obtiene a cambio de asumir esos 'extras'. "¿Qué te van a pedir a cambio?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿qué tipo de estabilidad a largo plazo te va a dar eso?", son algunas de las preguntas que Urraco asegura que también rondan la mente de las nuevas generaciones de trabajadores.

Además, lejos de preferir opciones cortoplacistas, Mariano Urraco explica que los estudios sociológicos muestran todo lo contrario. "Muchos jóvenes estarían encantados de tener un trabajo vitalicio, en un horario estable y completamente igual todos los meses", revela el sociólogo. Y es que estos datos explican también el incremento de personas que están optando por opositar.

¿Cuánto influye en esta generación la experiencia vivida por sus propios padres? Mariano Urraco incide en que el papel de "padre ausente" también puede inculcar en los hijos el que los jóvenes no quieran seguir los mismos pasos, aunque reconoce que en muchos casos "acaba siendo como el padre, o incluso peor". En la misma línea, el sociólogo lamenta que aún la percepción del éxito no ha cambiado. Tener un buen puesto, ganar mucho dinero o tener muchos seguidores siguen siendo las varas cuantitativas para medir el éxito. "Es difícil que la sociedad nos considere exitoso por tener muchos amigos o una conciliación ajustada a nuestras preferencias", recuerda el experto.