Internacional

Continúan las protestas en Indonesia tras el intento del gobierno de cambiar la ley electoral

Han cancelado la ratificación de los cambios que favorecerían al gobierno actual, pero miles de personas continúan protestando en las calles

Miles de personas fuera del parlamento protestan contra el intento de revertir la decisión del tribunal / MAST IRHAM (EFE)

Madrid

Choque entre policía y manifestantes en la capital indonesia de Yakarta y más ciudades del país, ante miles de personas que salieron a la calle protestando contra el intento del gobierno de revertir la decisión del tribunal constitucional.

En medio del caos, han intentado derribar las puertas y entrar en el parlamento, mientras otros pedían calma. La policía ha usado gases lacrimógenos y cañones de agua para intentar dispersar a la multitud.

Para entender la raíz del conflicto, las elecciones regionales y locales del país serán el próximo noviembre. Hasta el momento, para que un partido pudiera presentar un candidato, necesitaba un mínimo del 20% de representación en sus asambleas regionales; algo que este miércoles, el tribunal superior ha revocado, por lo que ya no es necesario ese 20% para presentarse.

Sin embargo, un día después, el Parlamento presentó una moción de emergencia para revertir los cambios, algo que ha provocado la ira generalizada. De aprobarse, se mantendría un sistema que favorece a los partidos de coalición gobernantes dirigidos por el presidente Joko Widodo, que tienen la inmensa mayoría de la representación en asambleas, y por tanto no tendrían competencia en muchas elecciones locales.

El gobierno también está intentando cambiar la edad mínima de 30 años para los candidatos, ley que perjudica al hijo de 29 años de Widodo que quiere presentarse a las elecciones de Java Central.

Tras las protestas, ambos planes se han cancelado, ha dicho a los periodistas el vicepresidente Sufmi Dasco Ahmad, aunque es una decisión temporal que no se sabe cuanto durará.

Los manifestantes luchan por evitar una influencia excesiva del presidente actual, y evitar convertirse en objetos de uso político.