Llevan 20 años autogestionando el comedor del colegio de sus hijos en Granada y ahora la Junta de Andalucía se lo da a una empresa
La propuesta del AMPA del Colegio Público Gómez Moreno superó en todos los criterios a la otra empresa, que se impone en el apartado económico
Llevan 20 años autogestionando el comedor del colegio de sus hijos en Granada y ahora la Junta de Andalucía se lo da a una empresa
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La noticia ha saltado cuando la Junta de Andalucía ha adjudicado este año el servicio del comedor a una empresa externa, Ausolan. Y es que entra en conflicto directo con el AMPA del Colegio Público Gómez Moreno, ya que llevan más de 20 años autogestionando el comedor primando el consumo de productos ecológicos y promoviendo una alimentación correcta. A la hora de competir en el concurso público, la oferta del AMPA supera todos los criterios con la otra empresa externa salvo ele económico que ha sido el que ha decantado la balanza.
Hace seis años, el AMPA tuvo que pelear por seguir manteniendo el control de la gestión del comedor porque una empresa externa fue adjudicada como la gestora del lugar. El AMPA se movilizó con la campaña: "No me toques la olla". Lograron negociar el convenio y siguieron con el control del comedor escolar.
Alba Abdel-Fatah es la secretaria del AMPA del Colegio Público Gómez Moreno. Cuenta que dentro del AMPA se articulan a través de la asociación creando unas comisiones. De esta forma, coordinan todo el procesos de gestión desde la parte administrativa hasta la parte de proveedores. Abdel confiesa que "es un fracaso esta pérdida de control sobre el comedor".
Más que un sitio para comer
Desde el AMPA del colegio aseguran que el comedor va más allá de ser un sitio con el que dar servicio de comidas a los niños del colegio. y es que explican que para ellos el comedor es un lugar de socialización y que de alguna forma, vertebran la vida en el barrio del Albaicín ante la amenaza del turismo masivo en el lugar y en la ciudad de Granada.
Abdel insiste en que con su presencia en la gestión del comedor, buscan "transmitir y enseñar a los propios niños sobre el poder de la cadena de valor y sobre el consumo de alimentos". Y es que lamentan que puedan perder el control siendo uno de los pocos centros en los que se prima el factor ecológico por encima de factores como el económico.
"Es fácil perder el concurso y más si prima lo económico sobre otros criterios como el ecológico", cuenta Abdel. Cargan directamente contra el concurso y dicen que "este mecanismo pone en situación de vulnerabilidad a nuestro comedor". Lamentan que el haber perdido por los factores económicos les hace entender que va a haber consecuencias en la calidad del menú que los niños van a acabar teniendo.
