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Sociedad

Una tarde dentro del último entrenamiento de salto antes de los Juegos Paralímpicos de París: "Es un trabajo de confianza muy grande"

La atleta Alba García viajará este sábado a París como parte de la Delegación Española para los Juegos Paralímpicos, este año con récord histórico de deportistas femeninas

Una tarde dentro del último entrenamiento de salto antes de los Juegos Paralímpicos de París

Madrid

Son las siete de la tarde de un jueves de agosto en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, pero para la atleta Alba García no es cualquier jueves. Es su última tarde de entrenamiento antes de volar a París, donde formará parte de la Delegación que representará a España en los Juegos Paralímpicos que empiezan el próximo miércoles. "Son mis segundos Juegos y es verdad que los afronto de una forma mucho más madura a nivel deportivo", cuenta nada más terminar la sesión. Lleva una hora entrenando la especialidad de salto de longitud junto a sus preparadores, Pedro y Juanjo, con los que viajará a la capital francesa para buscar una medalla olímpica.

Alba tiene 22 años y sufre una enfermedad que le afecta a la visión, motivo por el que disputa la categoría T12 en salto y en 100 metros lisos. Su historia con el atletismo empieza hace una década, cuando, con 12 años, uno de los profesores de Educación Física de la ONCE dio con ella. "Me propuso empezar, ver cómo iba, conocer gente nueva, etc. Fui y me acabó pareciendo una hora súper bonita de la semana, conocí gente maravillosa", explica. "El día que con 14 años tuve que especializarme me metí a hacer atletismo porque era lo que mejor se me daba y lo que más me gustaba".

Desde entonces, ha competido en Campeonatos del Mundo y en los Juegos Paralímpicos de Tokio, donde quedó finalista. "Para mí Tokio fue un regalo porque era algo que no me esperaba y, sin embargo, ahora llevo todo el año enfocada en París 2024", asegura Alba que, aunque insiste en que este último año ha sido el más duro a nivel de entrenamientos, el trabajo para los Juegos Paralímpicos empieza mucho antes. "La preparación empieza cuando aterrizas de los Juegos anteriores. Tienes tus semanas de vacaciones, pero desde que vuelves empieza tu preparación".

Una preparación de largo recorrido, intensa y que Alba ha priorizado todo este tiempo para poder alcanzar el objetivo de París 2024. "Entreno cinco veces a la semana, unas dos horas. Yo vivo lejos, así que se me va otra hora y cuarto en los desplazamientos, prácticamente me ocupa toda la tarde. Todo el año, todos los días". Y esto, explica, mientras estudiaba. "Muy poca gente es capaz de vivir del atletismo, y mucho menos del atletismo paralímpico. En mi caso, yo soy fisioterapeuta, he terminado ahora en junio. Al final es mucho el tiempo que no dedicas a estudiar, tienes que gestionarlo mejor que una persona que no hace deporte".

Entrenar la confianza

Unos años de entrenamiento que han terminado este jueves con la última sesión de preparación de salto de longitud en Madrid. Alba ha estado acompañada en todo momento por Juanjo, el entrenador que le ayuda a posicionarse en la pista y Pedro, el que le indica y espera al lado del foso. "La adaptación que hacemos aquí es que, en lugar de la típica tabla de salto de longitud, lo que tenemos es un cuadro de un metro de cal en el que se queda impregnada la huella", apunta. "Además de esto, mediante señales auditivas, Pedro me dice dónde está para que yo pueda correr hacia su voz y saltar en el momento oportuno. Esto se entrena también porque es un trabajo de confianza muy grande y la forma técnica de la longitud es muy complicada siendo ciego, ya que la forma de aprender es distinta".

Y de un entrenamiento a otro, el de los 100 metros lisos. "Tengo mis días de series, que las hago con Diego, mi guía", explica Alba. "Digamos que lo que hacemos es que vamos atados por una cuerda, vamos en espejo". Una preparación clave porque, asegura la atleta, la coordinación es igual de importante que buscar ser el más rápido. "Si yo adelanto mi pierna derecha, él adelantará la izquierda, de forma que no haya tirones. Al final entrenas la serie, pero también tienes que entrenar la coordinación, porque si yo corro más que él o no nos coordinamos bien puede repercutir en la posición dentro de un campeonato".

Son las ocho y cuarto de la tarde y en la zona del foso sus compañeros terminan también la última sesión de entrenamiento. "De momento no estamos demasiado nerviosos", asegura. "Por un lado sí, porque piensas en cómo será aquello, cómo será la competición, el estadio, cómo estará dispuesto el foso. Para nosotros esto es súper importante, pero es cierto que, de momento, lo que tenemos son muchas ganas. Yo creo que los nervios vendrán el día antes de la competición".

Alba formará parte de una Delegación de 139 deportistas que, este año, bate el récord en presencia femenina con un total de 50 mujeres buscando una medalla en los Juegos Paralímpicos de París. "Para mí es absolutamente maravilloso que se esté fomentando la participación femenina, ya no solo a nivel de los Juegos, sino en el deporte en general", señala. "Creo que el deporte femenino está ganando cada vez más peso y es de valorar, aunque siguen faltando dar pasos, que creo que conseguiremos para lograr también una plena inclusión, tanto en el deporte femenino como en el deporte paralímpico".

Sus segundos Juegos arrancarán oficialmente el 30 de agosto y el 2 de septiembre, cuando la atleta competirá en salto de longitud y 100 metros. Afronta París 2024 con muchas ganas pero, sobre todo, con "muchísima más experiencia". Ha entrenado años y sabe que no se enfrenta a una competición cualquiera. "Es el máximo exponente de nuestro deporte y lo que todos estamos buscando", afirma, eso sí, mientras, durante el entrenamiento, debate y bromea con sus entrenadores y compañeros sobre qué harán primero una vez lleguen a la Villa Olímpica.