"Ha sofisticado su discurso": un politólogo advierte sobre el crecimiento de la extrema derecha en todo el mundo

El canciller Olaf Scholz prometió este lunes acelerar las expulsiones de extranjeros que no tienen derecho a permanecer en Alemania y lograr un mejor control sobre la migración. Unas declaraciones que realizó en Solingen, ciudad en la que un apuñalamiento masivo dejó el pasado fin de semana tres muertos y 8 heridos, y que coinciden con el auge de los discursos antiinmigración de la oposición y de la ultraderecha a una semana de las elecciones regionales en el este del país. Este auge de la extrema derecha en Alemania, a la que las encuestas pronostican un gran crecimiento en los próximos comicios e incluso sitúan como fuerza más votada en la región de Turingia, no es único del país teutón, sino que coincide con un crecimiento de los partidos de este calado en todo el mundo. El director del CIDOB, Pol Morillas, ha pasado por los micrófonos de Hoy por Hoy para intentar dar las claves de la expansión de la extrema derecha en Europa y a nivel global. La primera de ellas ha sido su presencia en los gobiernos y parlamentos de muchos países de la Unión Europea, lo que les permite tener una mayor incidencia y amplificar su discurso hasta colocarlo en el centro de la agenda política. «Ya no es un fenómeno de radicales de la parte más extrema de la política, sino que forma parte del centro del debate político, que no significa necesariamente del centro del poder político», ha señalado Morillas, que ha puesto como ejemplo al propio Scholz, que «ahora mismo es rehén de los discursos que la extrema derecha moviliza de manera muy efectiva». Otra de las claves del ascenso de la ultraderecha ha sido su capacidad para tejer discursos «más holísticos». Es decir, pese a que la inmigración sigue siendo el tema principal de su mensaje, ha abrazado elementos que también movilizan a sus votantes, desde las cuestiones económicas hasta el multiculturalismo pasando por la degradación del estado de bienestar o la desafección hacia la política convencional. «La inmigración sigue siendo el elemento más instrumentalizable, el que comparten todos los partidos de extrema derecha», ha aclarado Morillas, quien ha recordado que sigue siendo un mensaje «altamente movilizador», pero ha insistido en que no es el único: «La extrema derecha ha conseguido sofisticar su discurso y amplificarlo su discurso añadiendo otros temas en la agenda política». El director de CIDOB también ha recalcado que hay «un caldo de cultivo efectivo» entre la población, que ve cómo sus condiciones de vida empeoran. Siguiendo el ejemplo de Alemania, ha explicado que pese a ser un país rico y con empleo alto, hay muchos motivos, como la guerra de Ucrania, que ha provocado que la situación económica de muchos ciudadanos no sea tan buena como lo era anteriormente. «Es fácil que cierta parte de la población vea a los partidos convencionales como la causa de esos males», ha valorado. Por ello, Morillas cree que estas formaciones deberían ser capaces de «proveer de mejores soluciones y mejores mensajes más convincentes para abordar esos agravios que efectivamente existen y que efectivamente condicionan el voto en muchos Estados miembros de la Unión Europea».

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El canciller Scholz ha abrazado el discurso antiinmigratorio de los ultras al prometer endurecer las leyes de asilo y reducir la inmigración irregular

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