El Festival de Venecia arranca con estrellas, mucho cine español y una apuesta de títulos antifascistas
El certamen más antiguo del mundo verá pasar por El Lido a Angelina Jolie, George Clooney, Nicole Kidman o Pedro Almodóvar, al tiempo que congrega películas y series que reflexionan sobre el fascismo, el nazismo y el auge de la violencia y la extrema derecha en nuestros días
Venecia
El director teatral Romeo Castelluci denunciaba, hace unos meses, que el gobierno de extrema derecha, que dirige Giorgia Meloni, está repropiándose de los espacios culturales de Italia para ponerlos al servicio de su ideología. Museos como la Galería Uffizi en Florencia, la Federación Nacional de Teatro, los directores de las distintas óperas, la televisión pública o los premios de cine David de Donatello han ido viendo cómo el nuevo ejecutivo destituía a sus responsables para colocar a gente con sus mismas ideas, esas que se adecúan a los valores cristianos, evitan la memoria histórica y cualquier discurso antirracista, feminista o queer. Hasta ahora, el único evento cultura en sortear esta estrategia de toma de poder ha sido el Festival de Cine de Venecia.
Fundado hace 92 años, en 1932, con Giuseppe Volpi, ex ministro de Finanzas del dictador Benito Mussolini, como director, estuvo dedicado a presentar el capital cultural del fascismo. Cabe recordar que el premio principal era entonces la Coppa Mussolini. "El festival de cine, un espectáculo protagonizado por Hollywood y un público internacional, dio al régimen un aire de ostentación, modernidad y estilo", escribe la estudiosa de cine Marla Stone. Quizá, esa parte de glamour, pues Venecia es un lugar donde las estrellas quieren empezar su carrera hacia los Oscar, es la que ha convenido al gobierno para renovar a Alberto Barbera, el responsable desde hace unos años del evento, a pesar de estar alejado de la derecha y la extrema derecha. En la rueda de prensa de presentación de esta edición del festival, la número 81, y en las entrevistas que ha ido concediendo a los medios internacionales, insiste Barbera, en que ha trabajado con total libertad. Algo que inferirse de la selección de películas que estarán en esta edición del certamen, que empieza este miércoles 27 de agosto y que, además de tener mucho cine norteamericano y muchas estrellas hollywoodienses, tiene también películas diversas y políticas, muchas de ellas contra el populismo y racismo de la extrema derecha.
Para empezar, acogerá la premiere de una serie sobre memoria histórica italiana y cómo el país fue destrozado por el fascismo. Antonio Scurati, escritor vetado nada menos que en la RAI el pasado mes de abril donde iba a participar en un programa sobre la liberación de Italia en la Segunda Guerra Mundial, verá como en Venecia se presenta la adaptación televisiva de su gran obra, M, el hijo del siglo, donde cuenta cómo llegó al poder Mussolini. La serie ha sido rodada en italiano, a pesar de estar dirigida por el británico Joe Wright, y cuenta con el actor Luca Marinelli en el papel del Duce. El cine italiano reflexiona sobre sus problemas recientes, aborda el retrato del jefe de la Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, apodado “El último padrino”, en el largometraje Iddu, una de las apuestas del cine local, junto a Vermiglio de Maura Delpero. Sobre el fascismo y los años 40 habla también The Brutalist, una de las películas que más expectación ha generado y más diferentes, según Barbera. Brady Corbert cuenta la huida de un arquitecto y su esposa de la Europa de posguerra a la América moderna. En esta revisión de esa época se enmarca un nuevo documental que se presentará en la Mostra sobre Leni Riefenstahl, la cineasta alemana que elevó el nazismo en sus documentales.
Pero además, en la competición por el León de Oro, encontramos dos películas francesas que reflexionan sobre el auge de la extrema derecha en Francia, algo muy elocuente después de las pasadas elecciones de este verano. Es el caso de Sus hijos después de ellos, adaptación al cine de la novela de Nicolas Mathieu, galardonada con el Premio Goncourt, que dirigen los hermanos Zoran Boukherma y Ludovic Boukherma. Describe la vida y el enfrentamiento de dos adolescentes en los noventa, cuando empezaron los cierres de las industrias de la Francia periférica y el declive económico y social de la clase obrera. La otra es Jouer avec le feu, otra adaptación, en este caso dirigida por dos hermanas, Delphine Coulin y Muriel Coulin, de una novela que indagaba en cómo el Frente Nacional de Marine Le Pen iba reclutando a jóvenes para acciones violentas.
Sobre la violencia contra el extranjero habla también The Harvest, película de la directora griega Athina Rachel Tsangari protagonizada por Caleb Landry Jones. Una historia de época que ahonda en la crueldad y que firma esta colaboradora de Yorgos Lanthimos. Saliendo de Europa, el brasileño Walter Salles, regresa tras años sin rodar un filme, con Ainda Estou Aqui (I'm still here), basada en las memorias de Marcelo Rubens Paiva en las que rememora cómo su madre se vio obligada al activismo político cuando su marido, el diputado izquierdista Rubens Paiva, fue capturado por la Dictadura militar de Brasil en 1971. La violencia racista en Estados Unidos quedará contada en The Order, que dirige Justin Kurzel, con Jude Law, Nicholas Hoult y Tye Sheridan, y que cuenta cómo los hombres blancos enfadados empiezan a crear patrullas violentas contra aquellos y aquellas a los que consideran una amenaza: mujeres, migrantes y colectivo LGTBIQ. Es año electoral en EE. UU. y eso indica que veremos historias sobre el conflicto político del país. Será interesante comprobar si la segunda entrega de Joker, película que se coronó en este festival ganando el León de Oro, en unos tiempos pre pandemia, donde la desigualdad del neocapitalismo estaba levantando manifestaciones y disturbios en muchas partes del mundo, vuelve a ahondar en las histerias de la sociedad americana. Todd Phillips regresa con esta segunda parte que vuelve a contar con Joaquín Phoenix como ese hombre atormentado que se da a la violencia y con la expectación de volver a ver en El Lido a Lady Gaga. Misma expectación que el regreso de George Clooney y Brad Pitt en Wolf, película fuera de concurso. Por cierto, que Pitt no coincidirá físicamente con su ex pareja Angelina Jolie, que vendrá como protagonista de María, el filme sobre la Callas que dirige el chileno Pablo Larraín.
Dos de las series que veremos en Venecia hablan de alguna manera de los retos de convivencia en las sociedades actuales. Alfonso Cuarón adapta Disclaimer, una serie de Apple Tv, protagonizada por Cate Blanchet, sobre una mujer víctima de una especie de cancelación. Una reflexión sobre los linchamientos, sobre la postverdad y la falta de objetividad en el mundo actual. Por su parte, el danés, Thomas Vinterberg, otrora emblema del movimiento Dogma, estrena Familier som vores, la historia de una familia y una sociedad en pleno conflicto tras un apocalipsis.
Queer suponemos que tampoco gustará a esa línea editorial del gobierno italiano. Luca Guadagnino adapta la novela de William S. Burroughs sobre la obsesión de un tipo, interpretado por Daniel Craig, que huyó a México tras una redada de drogas y que se enamora de un joven americano. Sexo y mucho sexo es lo que promete el filme, sobre una novela que fue prohibida en su época en muchos países. Sexo habrá en Diva futura, película italiana sobre la industria del porno en los 80 y en Love, del danés Dag Johan Haugerud y en Babygirl, la historia de una relación a tres con Nicole Kidman y Antonio Banderas. Un tema similar al que propone Trois amies, del francés Emmanuel Mouret. Sobre la violencia obstetricia, un tema que cada vez está más sobre la mesa, hablará el nuevo filme de la directora georgiana Dea Kulumbegashvili, Abril, a la que conocimos tras ganar la Concha de Oro en San Sebastián hace unos años con Beginning. Pedro Almodóvar vuelve a la competición veneciana con The room next door, lo que supone todo un acontecimiento, pues es su primera película rodada en inglés. Tilda Swinton y Julianne Moore son dos amigas que se acompañan en los últimos días de una de ellas, en una película que aborda el debate de la muerte digna. Completan la competición, la argentina El Jockey, sobre un corredor de apuestas, donde tiene un papel la española Úrsula Corberó. Dos películas representarán al cine asiático, por un lado, la segunda parte del documental del chino Wang Bing, Youth, y por otro, Stranger eye, del director de Singapur, Yeo Siew Hua.
El Lido mantiene su idilio con el cine español
Además de Almodóvar, una de las grandes apuestas del festival, como dijo Barberà en el anuncio de la programación, hay más cine español en esta edición del certamen. Rodrigo Sorogoyen presenta su nueva serie, Los años nuevos. La historia de amor y desamor de una pareja a lo largo de los años, Francesco Carril e Iria del Río. En Horizontes competirá Marco, película de Jon Garaño y Aitor Arregi, autores de Lorea, Handia o La trinchera infinita. La película indaga en la historia de Enric Marco quien, durante años, hizo creer que había sido un superviviente de un campo de concentración nazi. Eduard Fernàndez y Natalie Poza vendrán a presentar una de las películas españolas que nos acompañará esta temporada. Por si fuera poco, veremos a Antonio Banderas y a Úrsula Corberó en sección oficial, y el documental sobre uno de los cineastas clave de la transición y el tardofranquismo, Pere Portabella.