El rehén beduino liberado en Gaza regresa a una población que Israel planea demoler casi en su totalidad
Miles de beduinos árabes viven en asentamientos que Israel considera ilegales
Qaid Farhad Alkadi ha sido presentado como todo un héroe que ha protagonizado mensajes en redes y tiempo en medios de comunicación israelíes esta semana. El ejército de Israel y los servicios secretos lograron sacarlo de Gaza, donde estaba secuestrado por Hamás desde el 7 de octubre y donde había sufrido todo tipo de penurias, incluida una operación sin anestesia. Su rescate en un túnel, y el hecho de que además forme parte de una minoría árabe en Israel, conforman un relato de éxito de Israel en plena operación militar en la Franja.
Ahora bien, la realidad de Alkadi y de su entorno nada tiene que ver con ese recibimiento repleto de aplausos y relatos épicos. Alkadi vive en un asentamiento, Khirbet Karkur, que Israel quiere destruir. Prácticamente 7 de cada 10 residentes en esa aldea han recibido avisos de las autoridades israelíes, quienes planean demoler sus casas por haberse construido sin permisos oficiales.
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La familia de Alkadi no es una de las afectadas y las autoridades hebreas han confirmado que no le enviarán una notificación, pero de momento no han mostrado ninguna intención de evitar continuar adelante con su plan.
El Supremo israelí avala estos planes de demolición y más de 1.300 casas de beduinos han sido echadas abajo sólo en lo que llevamos de año, sobre todo por el impulso en esta dirección que están dando los ministros más ultraderechistas del gobierno de Netanyahu. Uno de ellos, el de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, ha llegado a ir en persona a alguna de estas demoliciones, que calificó de "trabajo sagrado".
Decenas de demoliciones
Amnistía Internacional ha denunciado que 300 de esos derribos de este año se han producido por los planes de Israel de construir una autopista. Según esta organización, algunos de los afectados pidieron ser reubicados en determinadas localidades, pero en lugar de eso fueron enviadas a otras cuyos residentes no tenían sitio suficiente para acogerlos, por lo que en la práctica muchos viven en la calle.
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Los beduinos del Negev son un pueblo árabe de tradición nómada que lleva más de un siglo en territorio israelí y muchos de ellos tienen esa nacionalidad. Incluso hay ejemplos de algunos que han servido en el ejército hebreo. Algunos de los pueblos en los que habitan se vieron en medio del fuego cruzado durante los ataques de Hamás el pasado 7 de octubre; de ahí que Alkadi terminara en manos de la organización palestina.
Según los datos del Grupo de Trabajo Internacional para Asuntos Indígenas, alrededor de 300.000 beduinos viven en suelo israelí, muchos de ellas en decenas de asentamientos improvisados que son los que persigue el gobierno hebreo tanto por proyectos como el de la autopista como para construir colonias para judíos. El pasado año, el gobierno dio luz verde a un plan de reubicación que pretende concentrar forzosamente a la población beduina en cuatro municipios concretos.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...