Las diferencias entre las "deportaciones masivas" del PP y los "retornos" de Sánchez: la letra pequeña de la crisis migratoria
Varios expertos explican las trabas legales de las 'deportaciones masivas' y la protección internacional vigente para las personas migrantes
La crisis migratoria que desde hace meses abruma a las costas de las Islas Canarias y Ceuta está en el centro de la actividad política desde que Pedro Sánchez anunciase su gira diplomática por África Occidental. Las visitas del presidente del Gobierno de España a Mauritania, Gambia y Senegal trataron de responder a la necesidad de encontrar soluciones al control migratorio y frenar la llegada de miles de cayucos a las costas de países europeos como España.
En su primera parada, desde Mauritania, Pedro Sánchez afirmó que la "inmigración no es un problema, sino una necesidad" y defendió la migración regulada como una fuente de progreso. Sus palabras no fueron bien recibidas entre la oposición y el portavoz del PP, Miguel Tellado, acusó al presidente del Gobierno de "hacer un llamamiento claro a la inmigración ilegal". "Mientras Alemania e Italia hablan de deportaciones masivas y acuden a los países de origen para frenar las salidas de esos inmigrantes irregulares, Sánchez habla de regulaciones masivas y acude a esos países a alentar las salidas", ha asegurado el portavoz parlamentario en una entrevista en esRadio.
En un giro en su discurso, Pedro Sánchez defendía desde Gambia el retorno de los inmigrantes que llegan a nuestro país en situación irregular. En un mensaje en el que se presentaba como un "firme defensor" de la migración regular, el líder socialista ha explicado que el retorno "traslada un mensaje desincentivador, nítido, claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos, pero esencialmente porque la legislación europea y española obligan a ello".
¿Qué son las deportaciones masivas? ¿Son legales?
El Partido Popular ha acusado a Pedro Sánchez de alejarse de la solución que proponen otros países europeos para la llegada de migrantes a las costas del continente: las deportaciones masivas. El canciller alemán, Olaf Scholz, prometió este lunes 26 de agosto aumentar las deportaciones y reducir la inmigración irregular tras el apuñalamiento masivo en Solingen en el que fallecieron tres personas. Pero las promesas del mandatario alemán no son nuevas. Aun en el poder, el líder conservador Rishi Sunak fracasó en las elecciones generales de Reino Unido con su plan para impulsar deportaciones a Ruanda. La primera ministra italiana de ultraderecha, Giorgia Meloni, ha planteado llevar a cabo un plan para enviar a los migrantes rescatados en las costas italianas a centros de detención en Albania mientras se estudian las solicitudes de asilo y se procede a su deportación.
El empleo del término "deportaciones masivas" al tratar la crisis migratoria ha generado un debate semántico y de sensibilidad entre los expertos. "Cuestiones que no deberían politizarse, se politizan. Nadie emigra por deseo", lamenta Víctor Pascual, Director del Área de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). "Desde sectores conservadores, consideran que hablar de 'deportaciones masivas' les va a traer réditos electorales, mientras que los votantes de izquierdas pueden no estar tan de acuerdo con ese tipo de conceptos. A efectos prácticos, claro que existen deportaciones actualmente, pero hay que esperar a estudiar la situación personal de esa persona", recalca Pascual. Hablar de devoluciones masivas, entendidas como las devoluciones en masa o en caliente, como han llegado a suceder en la valla de Ceuta o Melilla, van en contra del Derecho Internacional.
Cecilia Estrada, Directora de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos en la Universidad Pontificia de Comillas, señala la importancia de diferenciar estas 'deportaciones masivas' de los 'retornos' que ha propuesto Pedro Sánchez en su gira por África Occidental. "Aquí se refiere a la repatriación de migrantes a su país de origen o a un tercer país seguro", explica Estrada, que añade que estos retornos pueden ser "voluntarios o forzosos, pero siempre respetando los estándares internacionales, realizando las evaluaciones individuales". En ese sentido, la experta señala que la mayoría de personas que han llegado a Canarias en los últimos días podrían ser potenciales solicitantes de asilo.
La protección internacional de los migrantes
Como explican los expertos, la Convención de Ginebra de 1951, reconoce el derecho de las personas migrantes a socilitar asilo si cumplen una serie de requisitos —entre los que se encuentran la persecución por conflicto armado, condición de raza, ideología política, religiosa u orientación sexual— y ser concedidos la condición de refugiado, que impediría al país de acogida la expulsión o devolución de la persona refugiada a su país de origen. "Hay que analizar individualmente caso por caso. No porque huyas de un país en guerra, ya vas a tener derecho al Estatuto de Refugiado", explica Víctor Pascual, recordando la importancia de analizar minuciosamente las situaciones personales de cada persona que llega a un país de acogida. Aquí también entra en juego el 'principio de no devolución', consagrado en la Convención de 1951, que implica que, aunque no se cumplan los requisitos o la persona se encuentre en una situación de solicitante de asilo, los estados no podrán llevar a cabo devoluciones si su regreso al país de origen supone un peligro para su vida o su libertad.
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En el caso de los migrantes económicos, es decir, aquellos que no huyen de su país porque su vida corra peligro, si no en busca de una vida mejor o de mejores oportunidades laborales o económicas, tienen menos protección. Esta diferenciación es importante, porque, en este caso, su acogida dependería de la voluntad de los países de recepción. "España, si quiere, acepta más migrantes económicos o aplica políticas más restrictivas", destaca Víctor Pascual. Pero, ¿cómo de sencillo es realizar esta distinción? Cada vez son más, por ejemplo, los migrantes que se desplazan a causa de los efectos del cambio climático o los desastres naturales, los cuales podrían haber tenido un efecto directo sobre sus actividades económicas, limitando su supervivencia. ¿Son estos también considerados migrantes económicos? Víctor Pascual reconoce que el examen individualizado de las situaciones personales de las personas solicitantes de asilo constituye todo un reto al que se enfrentan las políticas migratorias de los Estados y explica con frecuencia la larga duración de los procedimientos de asilo que sufren las personas que arriban por vías no seguras a los países receptores.
Por tanto, la normativa internacional reconoce el derecho de los estados a deportar a un migrante si no cuenta con el permiso de estancia o si su solicitud de asilo ha sido rechazada, siempre y cuando el retorno a sus países de origen no suponga un peligro para su vida. Sin embargo, las deportaciones masivas e indiscriminadas de personas que llegan a las costas europeas son ilegales y van en contra del principio de 'no devolución'.
Los planes de cooperación de Sánchez con los países africanos
Los expertos inciden en la importancia de la mirada desde la que se aborda y se trata de resolver el tema migratorio, garantizando siempre los derechos humanos de las personas que migran. En este sentido, Víctor Pascual destaca que, desde el Gobierno, se está tratando de aportar una visión "abierta" a la migración, enfatizar la importancia que tiene para nuestra economía y mostrar una postura respetuosa con los derechos humanos de las personas y comprensiva de las difíciles situaciones que atraviesan los países de origen. Pero respecto al cambio de discurso de Sánchez, reconoce que simplemente va en consonancia con la legislación española y europea y que, en todo caso, pretende enviar un contundente mensaje para combatir a las redes criminales de tráfico de personas y trata, que buscan obtener lucro de esta dramática situación. Cecilia Estrada también incide en el papel que juegan los sectores poderosos y las autoridades de los países de origen que fomentan la falta de controles a estas mafias y facilitan estas salidas.
Además, Pascual destaca la propuesta de Sánchez de activar proyectos de 'migración circular', ampliamente apoyadas por organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, y que "tratan de ser coherentes con los derechos humanos y mostrar una visión comprensiva con las situaciones que hay de migración en el mundo". Con esta medida, el Gobierno de España promueve la cooperación entre países para generar contratos de trabajo temporal, particularmente en los sectores de difícil ocupación como el campo. Aunque aún estamos pendientes de conocer los detalles del plan de Sánchez, ambos expertos reconocen la dificultad de garantizar el retorno de los trabajadores temporales cuando finalice la actividad laboral. "Se necesita, por un lado, colaboración por parte del país africano y, por otro, establecer una serie de parámetros para que luego esas personas retornen a su país de origen", señala Pascual. Estrada coincide en que la falta de protocolos o normas a los que se puedan acogerse tanto el Gobierno como los migrantes para garantizar su retorno, dejará todo en mano de la voluntad de las personas que lleguen.
Cecilia Estrada señala que no existe un precedente para este tipo de proyectos en España y que obedece a alarma que existe en torno a Canarias, además de al envejecimiento, cada vez mayor, de la sociedad europea y la falta de mano de obra. No obstante, la experta destaca la diferencia en números de los migrantes que llegan a las costas españolas frente a los ucranianos que entraron en nuestro país a causa de la guerra con Rusia. "De febrero de 2022 a agosto de 2022, más de 180.000 personas ucranianas habían entrado en España. En lo que llevamos de año, unas 20.000 personas han llegado a Canarias", revela Estrada.
La experta lamenta que no se está poniendo el foco en los protocolos de llegada e incidencia, que agilicen los protocolos de seguridad y faciliten la identificación de estas personas que lleguen sin documentación. "Las diferencias en cuanto a reconocimientos de derechos desde la llegada de unas personas a la llegada de otras, no casa mucho con el mensaje de acogida que debiéramos tener", sentencia Estrada.
Laura García del Valle
Periodista y SEO. Viví en Londres durante 5 años, pero la COVID me obligó a hacer las maletas y volver...