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Sociedad

Niños que no reaccionan al dolor: así afecta la indefensión aprendida a los menores adoptados por la falta de cuidados

En 2022, se realizaron 681 adopciones nacionales y 179 internacionales, según los últimos datos del Gobierno de España

Niños que no reaccionan al dolor: así afecta la indefensión aprendida a los menores adoptados por la falta de cuidados

Madrid

Luda Merino es una joven de 23 años que nació en Rusia. En 2004, con 3 años, fue adoptada por una familia y, durante su infancia en Madrid, su madre se dio cuenta de que casi nunca lloraba. "Me caía muchas veces, me hacían heridas los zapatos, incluso ampollas, y no decía nada... Hasta me hice una brecha, me dieron 4 puntos detrás de la cabeza y lloré un poco solo por el susto, cuando vi que no era nada dejé de llorar", cuenta.

Además, Luda asegura que tuvo que aprender a quejarse, porque la única forma de expresar sus sentimientos era enfadarse: "No lloraba, pero lo que hacía era cabrearme, me pillaba pataletas porque era mi forma de llamar la atención y tuve que aprender a quejarme".

Indefensión aprendida

Que los niños no lloren ni se quejen cuando se caen o se hacen daño tiene un nombre. Se conoce como indefensión aprendida o trastorno del vínculo. Es un trastorno que sufren muchos niños adoptados porque no han recibido la suficiente atención de los adultos cuando estaban en orfanatos o en centros de protección, según explica la psicóloga Goizalde Escobal. "Cuando han necesitado a los adultos, a esos cuidadores, cuando han llorado para que les dieran de comer, para que les cambiaran el pañal o para que les abracen, no han estado", asegura.

Esto tiene una consecuencia: estos niños generan en ellos mismos una "sensación de indefensión" y de fracaso. "Asumen que por mucho que lloren y lloren nadie les va a hacer caso", dice Escobal. Lo que provoca, a la vez, que los niños crean que el mundo es "hostil" al sentir "inseguridad y desconfianza hacia a los demás". A parte, Escobal confirma que estos niños adoptados, después de sufrir negligencias, malos tratos o dejadez por parte de los adultos, demuestran luego un "apego inseguro e incluso desorganizado". Es decir, no crean vínculos porque desconfían de que la persona que les tiene que cuidar vaya a estar siempre y vaya a cubrir "las necesidades básicas de alimentación, de cariño...".

Cristina Núñez, también psicóloga y coordinadora de la Asociación Adopta, asegura que esa inseguridad puede afectar también a su posterior relación con los padres adoptivos, aunque es algo se puede trabajar en terapia. "Se van con todo el mundo y hay que enseñarles a discriminar, que aprendan quién es la familia", dice Núñez, ya que estos niños adoptados, como son incapaces de crear ese vínculo de cariño con los padres, pueden "abrazar a una persona cualquiera como si fuera su madre o su padre solo porque les dan un caramelo, el móvil o un juego".

La adopción en datos

En 2022, en nuestro país se realizaron 681 adopciones nacionales y 179 internacionales, según los últimos datos del Gobierno de España. Las adopciones nacionales se mantienen sin grandes cambios desde hace años. Por ejemplo, desde 2017 y hasta 2022, el número de adopciones nacionales se ha mantenido en más de 600 niños, excepto en 2020, cuando se adoptaron 537.

En cambio, las adopciones internacionales han sufrido una bajada notable desde la pandemia de Covid-19 en 2019, año en el que se realizaron 370 adopciones. Un año siguiente, en 2020, las adopciones internacionales cayeron hasta las 195. Aún así, estas cifras se alejan todavía más de las adopciones que se realizaron en los años 2003 y 2004, cuando superaban las 5.000.