La voz de las mujeres
"Porque nuestra voz, si no dice algo valioso, si no nombra lo que debe ser nombrado, o a quienes deben ser nombradas, no sirve para nada y solamente es una herida en el viento"
Cañón de luz | La voz de las mujeres
"Para terminar el verano quiero hablar de la voz, y además hacerte, Lourdes, a ti y a quienes nos están escuchando, una confesión que me ayude a centrar el cañón de luz exactamente en el lugar que quiero. Uno de los comentarios que más a menudo recibo de las personas que conozco es que les gusta mi voz, la han descrito de muchas maneras, calmada, suave, dulce, honda pero no demasiado grave, adjetivos que me suenan tan amables como extraños, porque, quizá, sea la voz una de mis fuentes de complejos más intensa. A menudo la percibo como una especie de gran delatora que me impide estar del todo cómoda, un aspecto de la disforia esquivo, indomable, que no me deja descansar"
"Quería que nuestro último A Vivir del verano, Lourdes, nuestra -de momento- última conversación en antena fuese para ellas, para recordarlas, nombrarlas, escucharlas. Porque nuestra voz, si no dice algo valioso, si no nombra lo que debe ser nombrado, o a quienes deben der nombradas, no sirve para nada y solamente es una herida en el viento. También quiero darte las gracias por estos fines de semana en los que esta voz mía que de vez en cuando me trae por el camino de la amargura, junto a la tuya, ha sonado mejor que nunca y ha llegado a sitios alucinantes. A ti, a todo el equipo detrás del cristal, gracias por hacer de nuestras voces armas para la belleza, el humor, la poesía, el chafardeo, la información y la curiosidad"
Por las que no pueden. Por todas y cada una en los confines del mundo o en la puerta de al lado. Gracias.