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Retraso económico, desempleo y auge del populismo: el caldo de cultivo para la extrema derecha en la antigua RDA

El apoyo electoral a Alternativa para Alemania es el resultado de un proceso de reunificación nacional que nunca ha logrado igualar al este y al oeste del país

Partidarios de Alternativa para Alemania esperan al inicio de un mitin en Turingia antes de las elecciones. En la camiseta puede leerse "para la paz, para la libertad, somos uno" / CLEMENS BILAN (EFE)

La extrema derecha vuelve a ser la fuerza más votada en un parlamento regional en Alemania, algo que no sucedía desde la II Guerra Mundial, y que muestra, junto a su segundo puesto en Sajonia, la influencia creciente que tiene en el este del país, en regiones que antaño formaron parte de la República Democrática Alemana. De hecho, los territorios de la extinguida RDA son ahora el principal baluarte del populismo, bien sea el que representa AfD como también el de BSW, otro partido nacido en este caso de las cenizas del comunismo, pero que también tiene políticas contra la inmigración, por ejemplo.

Estos partidos populistas han podido crecer en regiones cuyos habitantes canalizan en sus mensajes populistas y de odio su propio descontento al comprobar que la reunificación alemana ha seguido manteniendo importantes diferencias entre el este y el oeste del país. Las más evidentes son las económicas. Según los datos del Instituto Económico Alemán (IW por sus siglas en ese idioma) los trabajadores del este cobran hasta 12.000 euros menos al año de media que los del oeste, mientras que la tasa de desempleo en la zona oriental de Alemania es casi tres puntos más alta que en el oeste. El ahorro medio es también muy superior en el oeste, más de 100.000 euros según las estadísticas del Banco Central Alemán.

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En un informe del IW de este mismo verano, la institución alertaba de que en los próximos años la mitad oriental de Alemania va a sufrir una mayor pérdida de trabajadores cualificados que la mitad occidental.

El crecimiento demográfico también es radicalmente opuesto. La población en la antigua RFA ha aumentado un 10% desde la reunificación del país, mientras que en el este ha disminuido un 12%, lo que ha generado un envejecimiento de la población. Buena parte de esta diferencia se explica por la propia inmigración interna, del este al oeste, en busca de mejores oportunidades ya que la mayor parte de los gigantes de la industria germana están en el oeste del país.

Mensajes contra los inmigrantes

La extrema derecha alemana ha sido capaz de canalizar además la añoranza de un gobierno autoritario por parte de buena parte de la población de la Alemania oriental, así como su descontento con la inmigración. La llegada de extranjeros ha sido subrayada como la principal preocupación para los votantes de Turingia y Sajonia antes de estas elecciones.

Aquí el populismo ha apostado fuerte por sus bulos contra los inmigrantes, pues si bien la población con origen extranjero duplica en el oeste a la registrada en el este, es en estas regiones orientales donde se ha asentado la falsa creencia de que agotan los servicios públicos para los residentes alemanes. La población en las regiones orientales ha sido escenario de un menor intercambio cultural que en el oeste y tiene además un sentimiento de añoranza nacional por la RDA mucho mayor que los ciudadanos del oeste por la RFA. Y si sumamos a estos mensajes los que han acompañado al reciente atentado de Solingen, vinculado al Estado Islámico, el caldo de cultivo para el voto a la extrema derecha no ha hecho más que crecer.

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También AfD ha sabido rentabilizar el carácter menos urbanita de Alemania oriental, donde las políticas medioambientales impulsadas por el oeste tienen una aceptación menor. Aún el 10% del empleo en la antigua RDA se sitúa en la agricultura y las labores del campo. La ultraderecha ha respaldado desde su inicio las protestas de campesinos contra los recortes y cambios en el sector que llevaron a centenares de tractores a las carreteras de parte de Alemania. El profesor Manes Weisskircher, de la Universidad de Dresde, destaca además en un artículo publicado en 2020 que apenas un 2% de la élite económica, empresarial, política o militar alemana procedía del este del país.

Un estudio de la Universidad de Leipzig publicado en 2023 resaltaba además que hasta un tercio de los habitantes de las zonas que conformaban la RDA estaban de acuerdo con ideas antisemitas y racistas. Hasta tres cuartas partes de la población siente añoranza por la RDA, un tercio es partidario de un liderazgo fuerte, y la mayor parte de los germanoorientales asegura no sentirse parte de la democracia. La conclusión del estudio era ya una advertencia de lo que podía suceder en estas elecciones celebradas un año después: "hay una importante demanda de un partido único y fuerte que encarne a la comunidad nacional”.

Antonio Martín

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...

 
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