El icónico restaurante chino de Madrid obligado a cerrar sus puertas ya tiene nueva localización
Los dueños del 'chino del rey' prometieron que volverían y lo han hecho en un local a las afueras de Madrid
Era con gran pesar que los vecinos del barrio de Arganzuela se despedían del mítico restaurante chino Buen Gusto, ubicado en el Paseo de Santa María de la Cabeza. "Queridos clientes, anunciamos con un dolor inmenso que, debido a la adquisición del edificio, tenemos que dejar este lugar que nos ha acompañado durante 27 años", se podía leer en un gran cartel a las puertas del establecimiento.
El restaurante chino cerró sus puertas el 1 de julio, diciendo adiós al capítulo en la capital madrileña, pero asegurando que volverían. "No es un adiós para siempre. Aunque el edificio donde nos hemos ubicado ha sido adquirido por otra compañía, les aseguramos que Buen Gusto volverá", escribían en un mensaje en sus redes sociales. Ahora sabemos que el mítico local ha encontrado un nuevo hogar, a las afueras de Madrid.
El 15 de julio, el restaurante chino volvió a cocinar para sus clientes desde Majadahonda, en un local ubicado en la calle Manuel de Falla 3. Bajo el nombre Buen Gusto 1999, los dueños invitan a sus fieles clientes a visitar el nuevo establecimiento, que cuenta con una amplia terraza y un salón interior en el que destacan grandes pavos decorativos que cuelgan del techo.
Desde que el restaurante Buen Gusto arrancase su actividad en 1999, han servido los platos chinos más auténticos a los millones de clientes que han pasado por su local. Entre ellos, destaca la visita del rey emérito Juan Carlos I, lo que le sirvió para ganarse la fama del 'chino del rey'. Muchos otros también lo conocen como el restaurante del camarero robot, porque fue uno de los primeros en dotarse de uno de ellos para servir los platos.
Tal y como explican en su comunicado, la partida del restaurante chino ubicado durante casi tres décadas en el Paseo de Santa María de la Cabeza se debe a la adquisición del edificio en el que se encontraba. Muchos vecinos del barrio y clientes habituales del restaurante, no dudaron en hacerles una emotiva despedida cantando canciones con la carta del restaurante de la mañana.