Manuel Jabois: "Con lo que cuesta sacar a las Maites Galdeano de nuestra casa como para que se te meta Puigdemont"

Madrid

Hoy Jordi Turull ha contado -como si fuera el relato de una peli de acción- todo lo que hizo Carles Puigdemont para zafarse de los mossos el día de su fuga. Se escondió en tres pisos distintos de Barcelona antes de huir de nuevo al extranjero. Esperó a que los mossos levantaran los controles en la carretera, la llamada Operación Jaula.

Leopoldo María Panero dio el titular "A mí me han echado de todas partes, hasta de un piso franco". Pensé en esa frase imaginando a Puigdemont. Esa imagen de él yendo de piso en piso no la podemos ver, pero sí pudimos ver a Maite Galdeano este verano saltando un piso para entrar en casa de su hija. Hay un paralelismo entre querer meterse en una casa y que te invite un particular. Con lo que cuesta sacar a las Maites Galdeano de nuestra casa como para que se te meta el expresidente de la Generalitat. Ella dijo que tenía un trastorno que le impedía gastar su dinero por eso tenía que gastar el de los demás. Se dice que los particulares ofrecieron sus pisos a Puigdemont. Eso define bien en lo que se ha convertido el asunto Puigdemont, un asunto general que nos tenía a todos paralizados y que ha acabado siendo un asunto particular de unos pocos en el que encontramos el humor y no el drama.