¿Qué son los 'gastos hormiga' que minan tu economía y cómo combatirlos para hacer menos dura la cuesta de septiembre?

Madrid

Un café y un pincho a media mañana, una suscripción a Netflix, un décimo de lotería, un regalo inesperado para un compañero... Todos gastamos en nuestro día a día en pequeñas cosas a las que no damos importancia. Son pagos que se suelen repetir y que se pueden evitar o controlar y que, sin darnos cuenta, condicionan nuestra economía hasta llegar a final de mes a una cifra más abultada de lo que podemos pensar al llevar la mano al bolsillo.

Se trata de los gastos hormiga, esos desembolsos cotidianos de poco importe que, aunque parezcan insignificantes por separado, se van acumulando y pueden llegar a tener un impacto negativo en las finanzas personales o familiares. Se llaman así porque, al igual que estos insectos, pueden ser pequeños y parecer inofensivos, pero si no se controlan son capaces de devorar nuestros ingresos sin que nos demos cuenta.

Algunos ejemplos de los denominados gastos hormiga:

• Tomar un café o un tentempié todos los días en el bar cercano a la oficina.
• La suscripción a una plataforma de streaming, de música o a un medio digital.
• Un paquete de chicles o una cajetilla de tabaco.
• Las rebajas y las ofertas del comercio online.
• Los regalos a familiares, amigos o compañeros y los compromisos.
• Coger el coche, un taxi, el autobús o el metro para desplazamientos que podríamos hacer andando o en bicicleta.

No es necesario prescindir tajantemente y de inmediato de todos esos hábitos, ya que darse un capricho de vez en cuando o hacer un regalo son gestos importantes, pero conviene supervisar los gastos hormiga y disminuir su frecuencia. Dos euros ahora pueden ser decenas o cientos al final de mes si no tenemos cuidado.

Estrategias contra los gastos hormiga

Afortunadamente, hay algunas simples estrategias que pueden ayudar a reducir o combatir los gastos hormiga:

• Llevar un diario de gastos, que incluya el pan, un café, un paquete de chicles o un décimo de lotería.
• Reservar una cantidad del presupuesto mensual para el ahorro, por ejemplo del 20% del total.
• Cambiar pequeños hábitos o limitar las salidas: en lugar de un café diario usar un termo, llevar la comida de casa o cambiar las citas en bares por quedadas en casa o en la calle.
• Marcarse metas financieras importantes, para animar al ahorro, como la compra de una casa, un viaje o un coche nuevo.