Carolina Marín: "Para mí, la medalla ha sido el cariño que he recibido de la gente, eso vale más que un oro"

Ha pasado exactamente un mes desde el 4 de agosto de 2024. Aquel día, Carolina Marín se jugaba las semifinales de los Juegos Olímpicos ante la china He Bing Jao. La española salió a arrasar, desplegó su mejor juego y, cómo le hemos visto hacer tantas otras veces, barrió a su rival en el primer set. Cuando el guion se repetía en el segundo, Carolina sufría una mala caída en su rodilla derecha y se lesionaba de gravedad. Se levantó y, en un esfuerzo titánico, intentó continuar, antes de retirarse de unos Juegos Olímpicos en los que su recorrido apuntaba directamente al oro. «Con el crujido ya sabía que me había roto el cruzado», cuenta ahora Marín, en su primera entrevista en «El Larguero» después de aquella grave lesión. La máxima representante del bádminton en España se pasa por los estudios de la Cadena SER, aún acompañada de sus muletas tras la importante operación, para hablar de cómo está siendo su recuperación, de sus sensaciones en los primeros instantes tras la rotura y de los planes que hace para el futuro. Eso sí, por encima de todo, una máxima que repite hasta en tres ocasiones: «No me pongo fecha de vuelta, ya he corrido mucho con las otras dos lesiones y ahora quiero disfrutar de las cosas que no me ha dejado el deporte». No sabemos cuánto durará, pero ya ha comenzado la vuelta atrás para volver a ver a Carolina Marín en las pistas. ¿Cómo estás?: «Estoy mejor, he necesitado tiempo y tranquilidad, eso es lo que pedí en mis redes sociales. Pero ahora mismo me voy encontrando poco a poco mejor, físicamente es un proceso lento, pero sé que el corazón, la cabeza y el alma necesitarán incluso más tiempo». ¿En quién te has apoyado durante este primer mes de recuperación?: «En cuánto me operé me bajé a Huelva y me arropé con mi familia. Ha sido la primera vez desde que me vine a Madrid con 14 años que he pasado más de una semana seguida en casa, mi familia no se lo creía. La primera semana allí fue muy dura porque estaba todo muy reciente, verme la rodilla, las cicatrices... Me he llegado a sentir muy vulnerable. Me considero una chica muy independiente y verme así me ha sentado regular. Pero arroparme de mi familia me ha sacado muchas sonrisas, algo que pensaba que me iba a costar más». ¿Qué te dijo tu madre cuando llegaste a Huelva?: «Mi familia por parte de padre me estaba esperando con un cartel, me hicieron una carta que, según la leía, se me saltaban las lágrimas. Y en mi familia somos muy sensibles todos, así que allí todos llorando, un cuadro. Soy de lágrima fácil, soy muy emocional y hoy con las entrevistas y recordando me he estado conteniendo las lágrimas. Está todo muy reciente, pero la gente me para por la calle para animarme y los miles de mensajes de apoyo que he recibido... aún no me lo creo». ¿Todo ese apoyo ayuda a recuperarse, los mensajes de otros deportistas, el gesto de tu rival en la final...?: «Se valora y se agradece. Desde aquí quiero dar las gracias a todos, y pido perdón por los miles a los que no he podido responder. Lo he hablado con mucha gente y creo que, si hubiese conseguido la medalla, la gente lo habría tomado como lo normal. Pero yo no me imaginaba que, ya no los deportistas que están más sensibilizados con el tema de las lesiones, si no la gente desde casa, pudiera empatizar tanto conmigo, con mi lesión y con lo que he tenido que superar. No me imaginaba que la gente me recibiera con tanto cariño, estoy eternamente agradecida». ¿Crees que vale más todo eso que una medalla?: «Es algo a lo que le he dado muchas vueltas y al final, para un deportista, una medalla es la recompensa a todo el trabajo que no se ve y que sólo tu equipo y una parte de tu familia conoce. Pero sinceramente, para mí la medalla ha sido todo el cariño que he recibido de la gente. Obviamente mi familia y sobre todo mi equipo han estado volcados conmigo, pero la gente ha sido increíble, y eso que los españoles somos criticones. En este caso han empatizado conmigo, con lo que ha sido superar dos lesiones, el fallecimiento de mi padre, cinco años que no han sido fáciles... La gente lo ha valorado mucho. Y yo de lo que más orgullosa me siento es de los valores que me dice que transmito la gente, sobre todo a los niños. Eso para mí es lo más bonito». ¿Cuanto tardaste en ver las imágenes del momento de la lesión?: «No tardé mucho. Sí que es cierto que el móvil lo apague al momento e incluso le dije a mi fisio que llamara a mi madre para avisar de que lo tendría apagado. La operación fue todo un proceso muy rápido, sobre todo por como tenía la rodilla. Esta lesión fue más grave que las otros dos, el peor destrozo que me pude hacer. Por eso fue operación de urgencia, porque el médico aquí en España me dijo que tenia los dos meniscos afectados y que había que operar lo más rápido posible». ¿Qué pasaba por tu cabeza en aquel momento, en los primeros segundos de la lesión?: «Yo hago el salto, caigo y con el crujido ya sabía que me había roto el cruzado, por la vez anterior que me pasó. En 2019 yo no conocía esa sensación, pero esta vez ya miré a mi entrenador y le dije me he roto. Los meniscos al final es más difícil saberlo tú mismo, pero el cruzado lo tenía claro. Aquel fue uno de esos días que te levantas de la cama y sientes que el partido es tuyo, que iba a ganar. En el partido anterior había jugado tan bien, había puesto en práctica lo entrenado, calentando me sentía bien... Cuando salí a la pista estaba tan metida en el partido, que mi entrenador, días después, me dijo que él mismo se tenía que repetir que el foco estaba en ese partido, porque ya me veía en la final y ganando el oro. Imagínate lo que supone que tu entrenador te diga eso». «Cuando caigo al suelo, le digo a mi entrenador me he roto. Viene corriendo hacia mí, le digo que no me lo puedo creer. Intento levantarme y claro, en ese momento estás con la adrenalina, con la euforia... decidí intentarlo porque ves la final ahí, al alcance de la mano. La cabeza me decía sigue y el cuerpo lo contrario. Y en el momento en el que lo intenté no tenía ninguna estabilidad en la pierna. Ahí se acabó todo». ¿Te sigue causando la misma impresión ver las imágenes de aquel momento?: «Me da mucha pena porque sabía que iban a ser mis últimos Juegos, sabía que la oportunidad era muy buena, por como me estaba encontrando. Y me da mucha pena porque mi sueño, una vez más, me lo estaban arrebatando. Ya me pasó en Tokio y ahora era como que, a punto de estar ahí, alguien me tiraba hacia atrás y me quitaba mi sueño. Me da pena y rabia, pero la vida es así y los deportistas nos ponemos al límite. Me he preguntado mucho el porqué me ha pasado esto, con mi fisio y mi equipo. Y es que normalmente, a cuartos o semifinales de los torneos suelo llegar algo cargada, pero a estos Juegos llegaba tan bien, mi fisio me veía muy bien, no estaba apenas cargada... Mi preparador físico me ha dicho que los deportistas, cuando estamos bien, confiamos tanto en nuestro cuerpo que a veces dejamos de pensar, y tal vez eso fue lo que me paso a mí».

Carolina Marín: "Para mí, la medalla ha sido el cariño que he recibido de la gente, eso vale más que un oro"

La jugadora de bádminton pasa por 'El Larguero' cuando se cumple un mes de la lesión que la dejó a las puertas de una nueva final olímpica

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