La jueza y el gobernador

Barcelona

Cuidado con los nombramientos. Hay que proteger el prestigio y la independencia de las instituciones. Para ello, a la hora de elegir su cúpula es mejor el acuerdo que el desacuerdo.

Hoy tenemos un buen ejemplo. El Poder Judicial ya tiene presidenta, la magistrada progresista Isabel Perelló. Los vocales del consejo han honrado el pacto de la renovación. Ha costado, pero todos han evitado el ridículo de llegar con presidencia vacante a la celebración del año judicial. Bien por PP y PSOE. Bien por los juristas conservadores y los progres. Ojalá el ejemplo cundiese.

Salvo un giro inesperado en el último minuto -y el último minuto dura hasta el nombramiento por el presidente del Gobierno- el acuerdo no se repetirá con el Banco de España. El candidato es el ministro de Transformación Digital José Luis Escrivá. Escrivá es un economista potente y reconocido. Uno de los mejores expertos españoles en política monetaria. Procede de la propia plantilla de la institución. Y ha desempeñado grandes responsabilidades en el Banco Central Europeo. Su trayectoria profesional no exhibe tacha.

Pero exhibe un "pero". Es un "pero solitario", pero sustancial. Escrivá es ministro. Saltar del Gobierno directamente a presidir la institución monetaria, sin ninguna cuarentena, puede mermar la independencia de ésta, garantizada por ley española y por el Tratado de la Unión Europea. O al menos la apariencia de la independencia. La abrumadora mayoría de académicos y expertos opina que eso da una mala señal. Pues cuando alguien discrepe de una opinión o decisión del banco podrá criticarla por presuntamente "politizada". Aunque se trate de alguien tan preparado como Escrivá. Además, parece validar el salto paralelo que hizo el Gobierno Rajoy al proponer a Luis de Guindos para el BCE. Con el agravante de que en vez de un currículum impecable, Guindos había presidido la filial española del ruinoso banco 'Lehman Brothers', y ejecutó un rescate bancario que nos costó más de 40.000 millones de euros. Escrivá no merece esa comparación.