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Opinión

Manuel Jabois: "Esta es una lección de vida. Carísima, pero también gratis. Como el tope de una puerta"

Hay cosas a las que te acostumbras que pierden su valor económico y pasan a tener un valor solamente afectivo

La Contra | Manuel Jabois: "Esta es una lección de vida. Carísima, pero también gratis. Como el tope de una puerta."

Madrid

Esta mujer la encontró en el cauce de un arroyo, le llamó la atención, se la llevó a casa y se hizo entonces una pregunta universal que nos hemos hecho todos con piedras, con cosas que encontramos o compramos o con recuerdos de nuestro pasado: ¿Ahora qué hago yo con esto? y, ¿para qué lo quiero?.

Pues no pasa nada. Siempre hay una solución. Esta mujer, por ejemplo, le paró los pies a una puerta que sabe dios cuánto tiempo llevaba molestando y a cuántos topes había ya vencido. Hay objetos que en nuestras manos, independientemente de su valor, sirven solo para una cosa. Y esa cosa es vulgar, pero también es efectiva. Es bastante probable que esa mujer en los últimos años de su vida (murió dos años después de que acabase el comunismo en Rumanía) no quisiera ya mover la piedra del suelo porque hay cosas a las que te acostumbras que pierden su valor económico y pasan a tener un valor solamente afectivo. También, hay pocas desgracias en la vejez más graves que una puerta batiendo en casa. En la vejez y un poquito antes también. Para eso no se ha inventado el mando a distancia y los hay, como hemos sabido según recientes estimaciones, que cuestan un millón de euros.

Hablemos ahora de los ladrones que entraron para llevarse joyas y no se fijaron en el ámbar. Recuerda la carta del cuento de Edgar Allan Poe: "El objeto más valioso ponlo siempre delante de las narices de quien lo busca que no lo va a encontrar nunca". Esta es una lección de vida. Carísima, pero también gratis. Como el tope de una puerta.

Manuel Jabois

Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio...