Israel y uno de sus principales aliados, el Reino Unido, viven un momento de tensión diplomática creciente después de que el nuevo gobierno británico dirigido por Keir Starmer haya decidido suspender varias licencias de exportación de armamento a Israel ante el temor de que se utilicen en contra de las normas del derecho internacional humanitario. La oficina del primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu, ha publicado un hilo en X repleto de críticas al gobierno británico. Califica su decisión de «vergonzosa» y le recuerda que hay cinco ciudadanos británicos entre los rehenes secuestrados por Hamás. Compara la resistencia de Israel frente a Hamás con la que los británicos mostraron contra los nazis y finalmente avisa de que «con armas británicas o sin ellas, Israel ganará esta guerra». Netanyahu se suma a las protestas expresadas en las últimas horas por los ministros de Defensa y de Exteriores ante la suspensión de unas licencias que incluían el envío de componentes de aparatos militares, helicópteros y drones. El Gobierno británico insiste en que la suspensión sólo afecta a artefactos utilizados en el conflicto actual y que no compromete la capacidad defensiva de Israel. «Esta decisión no tendrá un impacto material en la seguridad de Israel, ese no es el propósito de la medida. Pero estamos obligados a revisar las licencias de exportación si existe el riesgo de que el uso de estas armas vulnere la ley internacional», ha dicho el ministro de defensa John Healey en la mañana de este martes en declaraciones a la BBC. El volumen de armas procedentes del Reino Unido supone una pequeña parte del total importado por Israel, pero la decisión sí tiene un valor simbólico importante: es la primera vez que el Gobierno británico anuncia esta medida desde que comenzó la invasión en Gaza y también es la primera vez que se desmarca de Estados Unidos en su apoyo incondicional a Israel. Jordania ha pedido además este martes a otros países que sigan la estela del gobierno británico y tomen esa misma decisión. El ministro de Exteriores de este país árabe pide un embargo total a la exportación de armas a Israel, cuya respuesta a los atentados de Hamás del pasado 7 de octubre ha dejado más de 40.800 muertos y cerca de 94.300 heridos. Por otro lado, las fuerzas israelíes mataron a 33 palestinos en Gaza en las últimas 24 horas en su lucha contra militantes liderados por Hamás. Al mismo tiempo, las breves pausas en los combates han permitido a los médicos llevar a cabo un tercer día de vacunación contra la polio para niños. Entre los muertos había cuatro mujeres en la ciudad sureña de Rafah y ocho personas cerca de un hospital en la ciudad de Gaza, según ha señalado el Servicio de Emergencia Civil Palestino. Además, añadió que otros murieron en ataques aéreos separados en todo el territorio. Por su parte, el ejército israelí ha indicado que ha matado a ocho hombres armados palestinos, incluido un alto comandante de Hamás que participó en los ataques del 7 de octubre en Israel, en un centro de comando cerca del Hospital Árabe Al-Ahli en la ciudad de Gaza. Un comunicado hebreo señala que Ahmed Fozi Nazer Muhammad Wadia había tomado el mando de una «masacre de civiles llevada a cabo por terroristas de Hamás» en la comunidad israelí de Netiv HaAsara, cerca de la frontera con Gaza. Los brazos armados de Hamás y la Yihad Islámica han señalado que estaban combatiendo a las fuerzas israelíes en el suburbio de Zeitoun de la ciudad de Gaza, y también en Rafah y Khan Younis en el sur. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que estaba continúa con su campaña de vacunación contra la polio en Gaza, en lo que supone el tercer día de una campaña masiva. Calculan que han inoculado la dosis a aproximadamente una cuarta parte de los 640.000 niños menores de 10 años. La campaña, que se aceleró con el descubrimiento del primer caso de polio en un bebé de Gaza el mes pasado, depende de pausas diarias de ocho horas en los combates entre Israel y militantes de Hamás en áreas específicas del enclave asediado. Sin embargo, los esfuerzos diplomáticos para asegurar un alto el fuego permanente y liberar a los rehenes extranjeros e israelíes retenidos en Gaza y devolver a muchos palestinos encarcelados por Israel se han estancado. Rik Peeperkorn, representante de la OMS para los territorios palestinos ocupados, ha declarado en Ginebra que había vacunado a más de 161.000 niños menores de 10 años en la zona central en los dos primeros días de su campaña, en comparación con una proyección de alrededor de 150.000. «Hasta ahora las cosas van bien», dijo. «Estas pausas humanitarias, hasta ahora funcionan. Todavía nos quedan 10 días». Y añadió que se pensaba que algunos niños en el sur de Gaza estaban fuera de la zona acordada para las pausas y que las negociaciones continuaban para llegar a ellos. Los palestinos afirman que una de las principales razones del regreso de la polio es el colapso del sistema sanitario y la destrucción de la mayoría de los hospitales de Gaza. Israel acusa a Hamás de utilizar los hospitales con fines militares, algo que el grupo islamista niega.