Nunca deberíamos abandonar a los que tanto se nos parecen

Madrid

Seguimos a vueltas con la inmigración. Ha sido el tema del verano y está siendo el tema en este arranque de curso político. El tema que incomoda, el tema que ningún partido, ningún partido, sabe exactamente cómo abordar por aquello de cómo la ultraderecha, seguida muy de cerca por la derecha convencional, o sea el PP, han conseguido extender el mensaje de los peligros que suponen la llegada masiva de gente de fuera, la llegada desde el sur, claro, porque nadie dice nada si los que llegan son rubios o tienen dinero. Insisto, es un tema incómodo para todos y nadie tiene la suficiente valentía como para afrontarlo de cara, pero, sobre todo, nadie tiene la suficiente humanidad como para pensar en aquellos de quienes están hablando.

Cupos, reparto, competencias, seguridad, dinero... Estos son los términos que rodean habitualmente el debate, si a lo que hay se le puede llamar debate migratorio. Nadie habla de las personas, de los seres humanos que llegan famélicos, ateridos de frío, solos y con el miedo en el cuerpo. Nadie parece verlos, porque verlos, porque mirarlos, también les incomoda. Ayer supimos que al alcalde de la turística localidad catalana de Tossa de Mar, de Junts, no le parece bien la llegada "ahora" de 200 migrantes acogidos, 200 adultos, algunas mujeres, procedentes de Mali, Níger y Nigeria. No le parece bien "ahora" porque dice que hombre, que la temporada turística todavía no ha terminado y que la llegada de estos migrantes para la imagen de esa idílica localidad no es muy apropiada, además de decir que no hay sitio para ellos, una localidad que acoge habitualmente a miles de turistas. 200 negros no caben.

Pero hay más. En Canarias, el Gobierno autonómico, que hasta ahora parecía entenderse bien con el Gobierno central, ha dicho que ya no, que a partir de ahora los menores migrantes no son de su responsabilidad, que el Gobierno de Pedro Sánchez se apañe y ha pedido a las ONG que no acepten a ningún menor más sin el permiso de la comunidad. Así están las cosas para los que llegan.

Ha dado la casualidad de que en medio de todo esto ayer vi la película ‘El 47’, que se estrena este viernes en los cines. Cuenta un episodio de la llegada masiva de migrantes a Cataluña en pleno franquismo. Migrantes de otros puntos de España, de Extremadura, de Andalucía, de Murcia… Cuentan cómo también ellos fueron invisibles, cómo a nadie les importaba su supervivencia, cómo fueron maltratados por la administración. Esa es la historia de mi familia, esa es la historia de muchas familias en nuestro país, es nuestra historia. Solo por eso nunca deberíamos abandonar a los que tanto se nos parecen. Pero parece que la memoria es muy frágil o los votos demasiado valiosos.