Venecia 2024 | Rodrigo Sorogoyen deslumbra con 'Los años nuevos', una fascinante radiografía del fin de la juventud
El director de 'As bestas' y 'El reino' presenta en Venecia su segunda serie para Movistar Plus+, una radiografía de la pareja y el tránsito de los 30 a los 40 durante diez Nocheviejas
Venecia
Cuenta Rodrigo Sorogoyen que desde que rodaba cortos en la universidad le interesaban las historias íntimas, las que tocan temas universales como el amor, el dolor, la pasión o la muerte. La propia evolución de la vida en su forma más honesta y transparente. El autor, a quien el director del Festival de Venecia catalogó como el realizador español con más proyección internacional desde Almodóvar, ha ido sofisticando su estilo siempre cerca del thriller y rodeado de un equipo de colaboradores habituales, como la guionista Isabel Peña, con la que ha firmado todas sus películas y también la serie Antidisturbios. Ahora sale en cierto de sentido de su zona de confort con un ambicioso proyecto cocreado junto a Paula Fabra y Sara Cano, una miniserie que ofrece una nueva cara, quizás una obra de madurez, del talentoso director.
En Los años nuevos, producción también para Movistar, Rodrigo Sorogoyen compone una panorámica de esa época de la vida que va de los 30 a los 40 a partir de la historia de una pareja durante diez Nocheviejas. Como si hubiera filmado un Boyhood -aquella fantástica película de Linklater- para los millennials, el autor hace una radiografía de ese tránsito, de toda una década. "Creo que se puede hacer una serie o una película o una obra cinematográfica de la década de los 20, de la década de los 40, de los 50. Por supuesto, creo que todas podrían funcionar, pero lógicamente la que más me tocaba era la de los 30 y los 40. Si lo piensas, es verdad que la década de los 30 y los 40 tiene unos componentes o suele tener unos componentes muy potentes, donde creo que a todos o casi todos, o normalmente es donde te ocurren cosas que en la vida te van cambiando de manera importante. Creo que empiezas a formar una familia, en esa década has tenido un gran desamor, en muchos casos seguramente pierdes a alguien importante de tu vida y creo que esa década pues era muy propicia para intentar hacer algo atractivo", defendía el director en rueda de prensa.
La idea, que según ha explicado el propio Sorogoyen parte de una Nochevieja junto a una expareja en Marrakech donde se preguntó cómo podía contar su vida solo a través de las despedidas del año, la ha desarrollado junto a Sara Cano y Paula Fabra y en la dirección junto a David Martín de los Santos -el realizador de La vida era eso, la cinta con Petra Martínez- y Sandra Romero -directora que presentará su ópera primera, Por donde pasa el silencio, en la sección Nuevos directores de San Sebastián-. Los cinco consiguen armar de forma orgánica un relato que nunca se agota y que va creciendo en intensidad dramática hasta un final con un plano secuencia de más de 40 minutos. Para llegar hasta ahí han pasado por Nocheviejas de fiesta hasta el amanecer, por cenas familiares, por algún Año Nuevo desastroso, por algunas despedidas o por una rave en Berlín. También han pasado, por supuesto, de la pasión, el descubrimiento y la estabilidad a épocas más inestables, complicadas o directamente separados. Y todo pasa por los ojos y los cuerpos de Francesco Carril e Iría del Río, dos actores que completan un auténtico tour de force con dos interpretaciones descomunales.
Después de ver Los años nuevos es imposible pensar en otros actores para el papel. Ambos aportan verdad -sí, esa palabra tan manida pero que aquí resalta su entrega física y emocional-, autenticidad y carisma a un guion tan bien escrito que siempre suena creíble y certero, sin imposturas ni grandilocuencias, sino que recoge cómo va pasando, o atropellándote, la vida desde la intimidad. "La serie nos recuerda que en la vida todo son procesos. Y es muy bonito ver el proceso de estos personajes a lo largo de diez años. Cuando atraviesas una crisis vital, ya sea una crisis de edad o como que en un momento dado te da la sensación de que te has convertido en algo, que hace muy poco eras otra cosa, se nos olvida ver lo que está en medio, lo que conecta una cosa con la otra, ese puente. Creo que es bonito que la serie habla mucho de eso, de cómo pasamos de una cosa a otra. Pero también que nos pasa en medio", respondía el actor.
"Cómo explico el paso del tiempo en el cuerpo, en la manera de estar, de mirar, de escuchar", se pregunta la otra protagonista, Iría del Río. "Intenté hacer un trabajo precisamente de eso y también mucho en relación a los espacios que ocupamos los dos y compartimos. Nuestras formas de comunicarnos evolucionan según el nivel de intimidad obviamente que tienes. Le di muchas vueltas a cómo energéticamente y físicamente se relacionan estos personajes", contaba la actriz del proceso de creación. La variedad de espacios, desde las casas propias a las ajenas -al fin casa reconocibles para el público en la ficción española-, desde Madrid, Berlín, Valencia o Lyon, le permiten a los directores sacar partido a cada capítulo de forma que la historia avanza y se renueva con, también, una fantástica nómina de secundarios.
En 'Los años nuevos' vemos quizás al Sorogoyen más despojado en lo estilístico, pese al citado plano secuencia y las habituales tomas largas, pero sobre todo vemos a unos autores que, ya sea por las experiencias vividas o las relatadas, logran hacerle una cirugía a toda una década, a una generación y también a un país. Lo íntimo también es político y en la serie muchos treintañeros o ya cuarentones van a ponerse ante un espejo, el de esos años que vivieron o le pasaron por encima. "El concepto del duelo de la juventud no lo hemos hablado mucho, pero es verdad que está ahí. Es verdad que supongo que es una cosa que estamos viviendo todos de alguna manera", bromeaba Sorogoyen.