"Me da miedo": la reflexión más sincera de Maruja Torres sobre el mundo que nos rodea

Madrid

Soy de esas personas que, de regreso de unas vacaciones largas como han sido estas, no solo olvido las contraseñas, sino que tengo que preguntarle al amigo que me acompaña con el equipaje al ascensor en qué piso vivo.

Luego viene lo de vaciar maletas. Esta vez, al abrir el bulto principal (que sigue a medio deshacer a mis espaldas, y noto su reproche pegado a mi nuca), esta vez he ido sacando pingos que, en lugar de recordarme ocasiones en que me los puse para celebraciones y emociones varias, me interpelan dolorosamente, por otras ausencias.

Son restos del ayer. Pero no del ayer de mi veraneo, sino del ayer de antes y del durante, que sigue transitando hacia el mañana, me temo que en su variante más siniestra, aunque no debería ser irremediable.

Me da miedo meter las manos en la valija y sacar con un fular la sangre que no veo, en un jersey el niño muerto que no toco, en una bolsa el menor no acompañado al que rechazamos. Me da miedo el mundo de hoy, su crueldad y su indiferencia, que quizá se encuentran en el doble fondo de más gente de la que quisiéramos.

Y, para terminar, con un asombroso giro de guion: ¿Alguien puede explicarme a qué se refieren esos jóvenes que proclaman (ver barómetro del lunes) que aceptarían un régimen autoritario en "según qué condiciones"? ¿Qué condiciones? ¿Rellenar de billetes sus bolsillos? ¿Rellenar aun con más mierda el vacío que ulula entre sus orejas?

Aclárenlo, pollos. Y tenga mi maleta un poco de sosiego.