¿Para qué sirve la oposición?

Barcelona

¿Para qué sirve la oposición? En otros países, las fuerzas anti-gobierno son, digamos, normales. Duras pero constructivas. Son útiles para representar y encauzar a los que protestan. Pero también para exigir detalles, controlar los planes oficiales, formular ideas, proponer modificaciones, sugerir cambios en las políticas públicas, mejorar el sistema democrático.

Nuestra anomalía principal estriba en que la oposición solo cumple en España una parte de sus funciones: las de protesta. Y más que para encauzarla, para magnificarla.

Fijémonos en el debate sobre una nueva financiación para Cataluña. Hasta ahora solo hemos oído del PP que los catalanes pretenden “robar” a los demás españoles, el mismo ataque que lanzaban los del 'procés', pero a la inversa. Decían: “Espanya ens roba”... pues eso. Y así acusan a unos compatriotas de ladrones, insolidarios, inconstitucionales y todos los horrores imaginables. Isabel Díaz Ayuso les inculpa del presunto “desguace” de España, de “planear un robo”, de volver al “golpe”. Además de adjetivos ¿sabe poner sustantivos? La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha replicado hoy que con su anticatalanismo pretenden “rascar” votos en otros lados. Y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recuerda que el Gobierno de Madrid dedica sus recursos a “financiar regalos fiscales a los de arriba”.

¿Está seguro el PP de que la mejor manera de conciliar, cohesionar y potenciar a España es atacando a uno de sus territorios que más le ha aportado y aporta? ¿Quieren heredar un país partido por la mitad gracias a su empeño?