Sociedad

Barcelona despide a Mónica del Raval, la prostituta que se convirtió en icono de la ciudad: "La esquina del Liceu te echará de menos"

Ramona Coronado, que así es como realmente se llamaba, murió este martes a los 60 años

Mónica del Raval, en una entrevista en la Cadena SER en 2015

Madrid

Mónica del Raval murió este martes a los 60 años. Se llamaba en realidad Ramona Coronado y era manchega, pero fue cambiando su nombre allí por donde fue: en Valencia era Heidi; en Ibiza, Marta; en Mallorca, Neleta y en Alicante, Carolina. Hasta que llegó a Barcelona, hace unos 30 años y se quedó allí para siempre. Su nombre desde entonces era Mónica y el apellido se lo dio el barrio donde ejerció la prostitución y donde se convirtió en icono de la ciudad.

Para los vecinos del Raval era una más desde finales de los 80, no pasaba desapercibida. Siempre iba maquillada de forma llamativa y solía llevar una corona porque, según explicaba, quería "hacer soñar" a sus clientes. En 2009, el director Francesc Betriu contó su historia en una película documental, Mónica del Raval, a través de propio relato.

Años más tarde, en 2012, el programa televisivo Callejeros le dedicó un reportaje en el que Mónica volvía a su pueblo Villamanrique (Ciudad Real) —al que no había regresado desde que salió de joven— mostraba cómo era su día a día en el Raval y visitaban la casa que compartía con su marido, su hermano y un perro y que estaba junto a la de Carmen de Mairena.

Solía esperar a sus clientes en uno de los arcos del Gran Teatre Liceu, en La Rambla de Barcelona, hasta que en 2015 dejó la prostitución. Se le han dedicado murales e, incluso, protagonizó la portada del disco de un grupo indie llamado Finale en 2021.

En 2015, pasó por el programa Espècies Protegides de la Cadena SER y contó, entre otras cosas, que había venido a este mundo para divertirse y lamentaba que "si uno se sale del canon, ya es un payaso". Hace tiempo, le preguntaron en una entrevista cómo le gustaría que le recordaran cuando ya no estuviera y su respuesta no pudo ser más minuciosa: "Me gustaría que me recordaran como una persona buena, honesta, trabajadora, humilde, con valores muy humanos y también, muy mitómana. O sea, muy artista, y por supuesto, muy diva. Esto me encantaría. Además, que digan que Mónica a hecho muchas cosas por el Raval, me refiero a que le he dado nombre. Además, he trabajado mucho muy duro en ello en varios ámbitos", respondió.

A juzgar por la multitud de mensajes que hay en redes sociales despidiéndola estos días, ha conseguido que así sea. "Sin Mónica el Raval y Barcelona pierden un faro de luz. Un icono que hizo de la vanidad y la ligereza resistencia pura. Alguien que sirvió de referente para muchos por su valentía y su saber estar. La esquina del Liceu te echará de menos. Barcelona está de luto", escribe alguien en X. "Se nos ha ido Mónica, nuestra Mónica del Raval. Manchega de nacimiento y catalana de adopción. Prostituta por vocación, decía ella, y con un corazón que no le cabía en el pecho, decían los que la conocían", destaca otra persona. Estas son algunas de las palabras que le han dedicado quienes la conocían, acompañadas de imágenes de todos estos años en Barcelona: