Carlos Cuevas: "Más vale ser un buen filósofo que el número 550 de tu promoción de empresariales"

Madrid

Carlos Cuevas (Moncada y Reixach, 1995) conoció la importancia del teatro desde muy pequeño gracias a su abuelo: "Sabía que iba al Teatro Moncada cuando mi abuelo Josep me vestía, me peinaba y me ponía colonia". Este primer contacto con las tablas desde el patio de butacas sembró en Carlos el gusto por la interpretación: "Lo recuerdo como un espacio seguro y estimulante. Ahí empezó a gustarme el bicho, el querer contar algo con la luz apagada".

Cuando el actor habla de su madre, recuerda el olor a pan por la panadería que regenta y los esfuerzos que hizo para que su hijo pudiera compaginar estudios y trabajo. De los ocho a los catorce años, Carlos Cuevas formó parte de 'Ventdelplà', la serie de TV3 en la que creció él y varias generaciones catalanas: "Antes no existían los convenios de ahora. Yo curraba muchas horas, perdía clases y luego tenía que recuperarlas por mi cuenta, pero nunca me sentí desatendido por parte de ninguna productora". Cataluña siguió sus pasos en 'Merlí' y España entera le conoció en esta serie que disparó las matrículas de la carrera de Filosofía cuando estaba a punto de desaparecer de los planes de estudio: "Las humanidades tienen una difícil aplicación en un contexto tan capitalista como el nuestro, pero lo de las salidas nunca me lo he creído. Más vale ser un buen filósofo que el número 550 de tu promoción de empresariales".

El viernes seis de septiembre se estrena 'El 47', la película que coprotagonizan Carlos Cuevas, Eduard Fernández y Clara Segura: "Si el Carlos de quince años viese esto, estaría flipando porque siempre he dicho que son mis actores favoritos". De Eduard tenía (y sigue teniendo) un cártel de una obra de teatro que cuando se hizo, Cuevas aún no había nacido y la primera vez que se subió a las tablas fue con Clara: "En esta obra tenía que llevar un sombrero y pedí que fuera amarillo porque me encantaba el color y quería quitarme la tontería de las supersticiones desde el principio".

En su llegada al faro, Carlos Cuevas decide reunirse con sus amigos del colegio y cantar por Estopa: "El primer disco de todos con ocho años fue el primero de Estopa. Nos conocemos, nos llevamos muy bien, pero no saben esto".