Disensiones
El problema del PSOE acabará pronto en Zaragoza. El del PP afecta a sus dos principales comunidades. Y sus líderes son los dos pesos pesados entre los barones-varones: ostentan poder elegido, no solo poder de partido.
Disensiones
Madrid
Disensiones en el PSOE y en el PP. En el PSOE, las clásicas, han quedado más o menos acotadas a las direcciones castellano-manchega y aragonesa: el comité federal del sábado pasado encauzó bastante el resto de recelos. En el PP parecía que todo sería parecido. Pero la tensión ha aumentado desde su cumbre de presidentes de viernes. Entonces se domeñó a la madrileña Díaz Ayuso, que proponía “plantar” al presidente del Gobierno y no acudir si les llamaba. Todo quedó en una retórica promesa de “rechazar la artimaña de la bilateralidad de Sánchez y comprometerse con la negociación multilateral”.
Ayer, Feijóo fue más lejos que el texto que aprobaron los suyos. Dijo que “no van a aceptar acuerdos bilaterales” sobre financiación. El presidente valenciano desata amarras. Carlos Mazón promete acudir y dialogar ”si tiene a bien el señor Sánchez llamarme, yo estaré encantado”. Y aún más el andaluz Juanma Moreno Bonilla: “por supuesto que me reuniré con mi presidente (dijo en referencia a Sánchez) si me llama”. Moreno vuelve hoy a la carga: acudirá “para hablar con criterio y rigor sobre el problema que tenemos las comunidades”, ¿cuál?, precisamente el teóricamente prohibido, “el de la financiación, y en particular, Andalucía”.
El problema del PSOE es endémico en Toledo, y acabará pronto en Zaragoza. El del PP afecta a sus dos principales comunidades, tras Madrid, muy endeudadas. Y sus líderes son los dos pesos pesados entre los barones-varones: ostentan poder elegido, no solo poder de partido.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...