Kamala Harris gana un debate y Trump pierde dos

Madrid

Para Kamala Harris este debate electoral era como una entrevista de trabajo, su actuación en el cara a cara confirma que es más que apta para ser presidenta de Estados Unidos y para ser la comandante en jefe del Ejército más poderoso del planeta. Ha conseguido descolocar a Trump y ponerlo a la defensiva, incluso en cuestiones que le eran menos propicias, como la economía o la inmigración. El candidato republicano ha intentado meter a Joe Biden en el debate responsabilizándolo de la inflación, la inseguridad o la guerra en Ucrania. Ha sido un contraste entre Harris y Trump tan evidente como el que hubo entre Biden y Trump en el debate del pasado mes de junio.

Se notaba que Harris había preparado el debate hasta el más mínimo detalle. Si hubiera que elegir una palabra para definir su actuación sería "presidencial". Nada más entrar en el cara a cara se ha ido derecha al atril de Trump a estrecharle la mano. Una estudiadísima gestualidad, mirando siempre a Trump cuando hablaba, negando con la cabeza diciendo "esto no es verdad" cada vez que mentía, mirando a cámara con solemnidad cuando quería dirigirse al pueblo estadounidense, además, en momentos cuidadosamente elegidos. Un manual de cómo se hace un debate de estas características.

Trump es de la escuela de no prepararse nada el debate. Con un discurso deslavazado, nervioso, con argumentos delirantes, siendo corregido permanentemente por los moderadores, que no le han pasado ni una. Ha cometido dos errores inexplicables: ponerse a discutir con los periodistas de ABC News que le afeaban sus mentiras y, en su minuto final (que además cerraba él el debate porque así lo quiso el sorteo) en lugar de presentar su proyecto de país, se ha dedicado a criticar a Kamala Harris y advertir de los peligros que acechan si ella llega a la Casa Blanca.