La historia desconocida de los carros de la compra: nacieron en España, los primeros no tenían ruedas... y han acabado en el MoMa de Nueva York
Aimar Bretos entrevista a los gerentes de la icónica marca de carritos de la compra Rolser que han llegado hasta Estados Unidos y Japón
Madrid
¿Nunca se han preguntado quien inventó los objetos que tienen a su alrededor?; ¿Quién inventó los carros de la compra?. Mireia Server y Vicent Server son los CEO de Rolser. Les sonará la marca porque lleva más de 50 años vendiendo carros de la compra. Fue primero en España y luego en el resto del mundo. Y todo comenzó con su familia. Es una historia de como una pequeña fábrica de bolsas de mimbre acabó en el MoMa de Nueva York.
Las entrevistas de Aimar | Mireia Server y Vicent Server, CEO de Rolser
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Mireia cuenta que todo surgió por el afán de la familia de dar trabajo a los hijos. Comenzaron fabricando capazos de mimbre y de ahí se fue creando poco a poco el carrito de la compra que todos conocemos. Mireia dice que incluso se “empleaban materiales que se recogían por la montaña”. Las ruedas no tardaron en llegar. La idea era ayudar mejor al transporte de las frutas y en el 72 se añadieron.
Mireia los describe como una “revolución”. A eso se añadió que los supermercados Spar les hicieron un primer pedido. El hecho de que una cadena ya asentada en el mercado hiciera un pedido a una fábrica tan pequeña, les hizo ve que iban por el camino correcto. Dentro de la familia Mireia comenta que les hizo pensar que “si esta empresa que tienen a gente con estudios universitarios han elegido nuestro producto, las cosas se están haciendo bien”.
El salto a nivel internacional llegó con Francia y Bélgica. La creciente demanda hizo que crearan un departamento de exportaciones. Vicent explica que cada país usa el carrito a su manera. En Estados Unidos se usa incluso para ir a la lavandería o al parque. “Nos enseñan a nosotros en los usos que se les puede dar” dice Mireia.
Vicent describe la innovación de la siguiente manera: “El carro está vivo. Está evolucionando con el tiempo”. Las sucesivas ruedas que se han ido añadiendo al carrito para mejorar la estabilidad e incluso subir escaleras, dicen, se hace escuchando a los clientes. Eso ha hecho que se adapten en color y uso a los diferentes mercados, desde Europa hasta Japón.
Entre risas admiten que la electrificación del carro es algo que podrá llegar. Pero por ahora, pese a lo que se pueda pensar, las ventas están en aumento pese al auge de la venta online.
Entre sus clientes se encuentra el Museo de Arte Moderno en Nueva York, que les encargó un carrito a medida. Vicent dice estar “orgulloso” de que su carrito llegara a una de las visitas obligadas de todo turista en Nueva York. El uso de materiales reciclables y la capacidad de subir escaleras y ser plegado fue lo que convenció al Museo. “Lo querían todo, pero nosotros se lo podemos dar” dice Vicent entre risas.