Clara Segura: "Los discursos de la ultraderecha no pueden calar en la mayoría de la población, que también fue inmigrante de otra zona de España"

Madrid

Las dos películas revelación de esta temporada tienen una persona en común: Clara Segura. La actriz participa en dos metrajes, “El 47” y “La casa en llamas”. “El 47”, es una película sobre la lucha de un barrio obrero del extrarradio de Barcelona por conseguir la dignidad como barrio, los derechos y los servicios que cualquier otra zona de la ciudad ya tenía durante los últimos años del franquismo e inicios de la democracia.

La actriz resalta el papel del séptimo arte para enseñar a las nuevas generaciones: “El cine se está convirtiendo cada vez más en un instrumento para la memoria reciente”. También comenta que a través de estas historias se ponen nombres y apellidos a las fechas y hechos que los jóvenes leen en los libros. La película, basada en hechos reales muestra, entre otras muchas cosas, como cuando Pascual Maragall llegó a la alcaldía de Barcelona, se dedicó un tiempo a vivir varios días en casas de vecinos de la ciudad para conocer su realidad. Entre ellos la casa de Manolo Vital y Carmen, el personaje de Clara Segura.

Los temas que trata la película no podrían ser más actuales. Segura incide en que la historia “habla de quienes tienen que apagar los incendios con cubos porque los bomberos no llegan a su barrio”. Esto acaba creando un sentimiento de comunidad que se contrapone con el individualismo que ha calado poco a poco en la sociedad. La película refleja una lucha de una comunidad por derechos colectivos frente a la reivindicación individual que se da hoy en día según la actriz.

“El 47” muestra también la importancia de la inmigración. "Los discursos de la ultraderecha no pueden calar en la mayoría de población, que incluso en su momento también fue inmigrante de otra zona de España” dice la actriz.

“Lo bonito de todo esto es que en este viaje te atrapa la historia de esta gente”, resume Clara Segura. La historia de Manolo Vital, un vecino de Torre Barró que se cansa de esperar y recibir excusas del ayuntamiento y secuestra un autobús para demostrar que se podían llevar servicios públicos hasta el barrio es algo que está segura que conectará con los problemas de la audiencia hoy en día.

A la hora de abordar su personaje (Carmen, la mujer de Manolo Vital) tuvo muy poco material en el que basarse. La nieta de Manolo Vital fue quien le envió fotos, pero dadas las limitaciones, Segura encontró su inspiración en los vecinos del barrio que sí conocieron a Carmen. “Como me miraban a mí, me daba más pistas de cómo yo tenía que actuar y cómo tenía que ser esta Carmen”, revela la actriz. El impacto de su personaje lo pudo constatar con las muchas personas que le confesaron durante el rodaje en el barrio que le decían: “ yo soy maestra gracias a que Carmen enseñó a leer y escribir a mi abuela, en Torre Baró”

Esta película es el colofón a un año que ella describe como un torbellino. Las salas llenas para ver su otra película “La casa en llamas” y la reacción del público le hace reafirmarse en uno de los grandes mensajes de “El 47”: la comunidad.

La actriz echa de menos las reacciones que se dan en el teatro en el público y que con la llegada de los smartphones, la televisión y el streaming habían convertido al cine en un espacio individual.