Luis Merlo: "Mauri dio visibilidad a un colectivo arrinconado desde la naturalidad de estar enamorado de un hombre"

Luis Merlo consiguió arrancar la primera carcajada de un público a los cinco años, cuando su padre le invitó a salir al escenario una Nochevieja y él dio una voltereta para saludar. El actor pasó su infancia entre bambalinas mucho antes de decidir cuál sería su futura profesión. Por aquel entonces eran sus padres, María Luisa Merlo y Carlos Larrañaga, los que recibían una ovación cada noche en el teatro. Pero si de verdad alguien marcó la trayectoria de Luis Merlo fue su abuelo, el también actor Ismael Merlo, con quien convivió durante tres años en su adolescencia. “Él me explicó y me motivó para que yo estudiara el oficio al que me quería dedicar, y no me dedicara a él todavía porque era muy joven para hacerlo”.

Ismael Merlo contrató a su nieto como regidor en algunas de sus producciones y le animó a cursar baile, arte dramático e inglés en Nueva York. Una vez finalizados sus estudios, Mario Gas le dio su primera oportunidad en el teatro en 1985, con su versión de ‘Salomé’ de Oscar Wilde. Tres años después, en 1988, Jesús Puente contaría con él en “Los 80 son nuestros”, dónde además compartió escenario con su hermana mayor, Amparo Larrañaga. “Yo la leí con 13 o 14 años en la cama de mi habitación y aquella noche soñé con el personaje que finalmente terminé interpretando”.

Aunque ha sido en el teatro donde Luis Merlo ha desarrollado la mayor parte de su carrera, fue en la televisión donde interpretó uno de sus papeles más queridos por el público: Mauri en la serie ‘Aquí no hay quien viva’. “Mauri es un personaje que ha aportado muchísimas cosas a mi vida y puede que en la vida de un colectivo arrinconado. Tenía una forma de vivir su homosexualidad sin ningún tipo de alarde, con naturalidad”. 18 años después del fin de la serie, la gente sigue parándole por la calle para darle las gracias.

“Send in the Clowns” del musical “A Little Night Music” es una canción imprescindible en el repertorio de Merlo cuando se sienta al piano. “La canta una actriz que está en declive y pide que le manden a los payasos porque se ha terminado su vida profesional y personal”. La amenaza de la vejez siempre se alza sobre los actores como la espada de Damocles, pero lo que más le preocupa a Luis es la imposición social de tener que celebrarla cuando llegue. “Yo no tendré ganas de celebrarlo en absoluto, lo que tendré es un disgusto enorme. No me interesa nada, aunque me interesaría menos no llegar”

Luis Merlo ha venido a "El Faro" de Mara Torres a presentar su última obra, "Conspiranoia", que está disponible en el Teatro Alcázar de Madrid.

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