Rusia expulsa a seis diplomáticos británicos a los que acusa de espionaje
El gobierno del Reino Unido rechaza los argumentos de Moscú que se han hecho públicos cuando Keir Starmer está de visita oficial en Estados Unidos
Rusia ha elegido el momento en que el primer ministro británico Keir Starmer estaba aterrizando en Estados Unidos para anunciar la expulsión de seis diplomáticos del Reino Unido a los que acusa de espiar en Moscú. El FSB, heredero de la KGB soviética, ha aportado documentación al gobierno ruso para justificar esta medida que el Kremlin argumenta que es resultado del giro de la diplomacia británica a quien acusa de "tener como principal tarea infligir una derrota estratégica a Rusia".
Rusia considera que estas personas han contribuido a "la escalada de la situación político-militar a nivel internacional". No es la primera vez que Rusia toma una decisión de este tipo. Ambos países han sancionado a ciudadanos del otro desde el inicio de la invasión de Ucrania y en el caso de Moscú la prohibición de entrada a su territorio incluye a ministros, juristas y periodistas británicos.
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El comunicado de la Inteligencia rusa llega incluso a relatar que Londres envía a espías como supuestos cónyuges de los diplomáticos destinados en Rusia y que también se ha usado a niños pequeños para encubrir sus actividades. Unas acusaciones que han sido negadas durante la mañana de este viernes por otro comunicado, este del Ministerio de Exteriores del Reino Unido, que considera que son "totalmente infundadas".
Mientras la portavoz de Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha acusado al Reino Unido de ir más allá de los límites establecidos por las convenciones internacionales sobre relaciones consulares entre países, el gobierno británico cree que es una venganza por su apoyo a la resistencia ucraniana y por la decisión tomada en mayo por el entonces primer ministro Rishi Sunak, quien anunció nuevas medidas contra propiedades rusas en el Reino Unido supuestamente utilizadas por los servicios de inteligencia de ese país.
Starmer en Washington
El primer ministro británico Keir Starmer no ha hecho aún una declaración pública sobre esta crisis bilateral, aunque en el avión en el que viajaba con periodistas hacia Estados Unidos ha apuntado directamente a Putin. Starmer ha explicado a los periodistas desplazados con él que igual que Putin empezó la guerra, está en su mano terminarla de inmediato.
Starmer hablará con Joe Biden sobre el posible visto bueno para que Ucrania utilice armamento proporcionado por ambos países contra objetivos situados en suelo ruso tal y como lleva semanas pidiendo Volodímir Zelenski. El movimiento ha despertado las amenazas de Vladimir Putin, quien ha avisado de que lo consideraría la entrada de la OTAN en la guerra.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...