Marruecos necesita profundas y urgentes reformas

Madrid

La frontera entre España y Marruecos se ha blindado en los últimos días para intentar impedir que cientos de jóvenes intenten llegar, no ya a España, sino a Europa, donde creen que podrán labrarse el porvenir que ven imposible en su propio país. Marruecos prevé este año un crecimiento del 2,8% del PIB, una cifra solo ligeramente superior a la de España, que se cifra en el 2,4%.

Es decir, el crecimiento económico marroquí es insuficiente a todas luces para taponar las ansias de emigración de su gente. Para colmo, el sector agrícola de Marruecos que representa casi el 15% de su PIB sufre desde hace seis años una dura sequía, acrecentada este año con una casi total falta de lluvia. Se comprende mejor el terrible efecto de la falta de agua si se sabe que el casi el 45% de la mano de obra marroquí se encuentra en estos momentos empleada en el sector primario (agricultura y la pesca, fundamentalmente). Marruecos es un país rico en muchos otros aspectos, pero necesita profundas y urgentes reformas en su sector empresarial, fundamentalmente en las empresas estatales o propiedad directa de la elite más rica del país, monarquía incluida.

España necesita que Marruecos impida a esos cientos, quizás miles de jóvenes, lanzarse contra las verjas de Ceuta o Melilla o al mar intentado llegar a nuestras playas. Pero la solución de los problemas de Marruecos no está en ese cierre de fronteras, por mucho que sea necesario para evitar una crisis como la que se sufre estos días, sino en cambiar radicalmente muchas de las estructuras económicas y sociales del país