Internacional

La capital de Mali, bajo control tras el ataque reivindicado por el grupo yihadista Al Qaeda

No se han reportado muertos solo daños materiales y los atacantes "han sido neutralizados"

Militares vestidos de civiles han salido a las calles tras el intento de infiltración del grupo terrorista en la gendarmería de Bamako / HADAMA DIAKITE (EFE)

Madrid

Mali ha asegurado este martes que su capital, Bamako, está bajo control después del ataque que se ha atribuido el JNIM, grupo asociado a Al Qaeda. Dispararon contra una escuela de entrenamiento de gendarmería y otras zonas cerca del aeropuerto, obligando a los dirigentes a llamar a la calma a la población.

El gobierno y los grupos islamistas llevan años en un conflicto armado, pero desde 2015 no atacaban la propia capital. En un comunicado, el ejército ha informado que intentaron colarse, sin éxito, y ya están llevando a cabo operaciones de limpieza. De hecho, el jefe del ejército ha dicho que todos los atacantes habían sido neutralizados, como se ha podido ver en imágenes de la televisión estatal.

Ahora, el gobierno militar pide a sus ciudadanos que hagan vida normal, asegurando que está todo bajo control, aunque han sido muchos los que han salido a las calles en protesta por otro ataque más del grupo terrorista. Los militares han quemado también el cuerpo de uno de los atacantes delante de todo el mundo.

Residentes locales observan el cuerpo de un hombre quemado vivo tras ser sospechoso de ser un atacante en Bamako

Residentes locales observan el cuerpo de un hombre quemado vivo tras ser sospechoso de ser un atacante en Bamako / HADAMA DIAKITE

Mali es uno de los países africanos que lucha contra los islamistas desde 2012, movimiento que poco a poco se ha ido extendiendo a su alrededor, y que ha provocado que millones de personas se desplacen buscando refugio. Por esta incertidumbre y miedo, se produjeron dos golpes de Estado en 2020 y 2021, y es la junta militar quien gobierna desde entonces.

Pero los ataques yihadistas han aumentado a pesar de las promesas de los militares, y se le suman las medidas opresoras del gobierno. La última fue el pasado abril, cuando prohibieron a los medios de comunicación difundir actividades políticas.

De hecho, la junta ha roto toda relación con Europa, para unirse a Rusia, y recibir apoyo del grupo Wagner, la organización paramilitar y red de mercenarios de Putin.

Aunque controlado, este ataque preocupa porque no es habitual que ataquen dentro de la capital. El último había sido en 2015 cuando hombres armados asaltaron el hotel Radisson Blue, matando a 20 personas.