Regeneraciones democráticas

Madrid

Conviene no banalizar el concepto de regeneración democrática. No todo cambio lo es. Los regeneracionistas españoles han sido de ideología transversal, tanto progresistas como conservadores.

Ahora que se ha presentado el paquete de medidas del Gobierno para mejorar la calidad de la democracia en nuestro país, se pueden poner encima de la mesa otras, que también podríamos calificar de regeneracionistas.

Por ejemplo, convertir las principales conquistas sociales de estos últimos años en derechos fundamentales, blindándolas con mayores garantías ante cualquier intento de limitarlas. Como por ejemplo ha hecho Milei en Argentina. Nos referimos al derecho a la salud, seguridad en el emplo, medio ambiente, pensiones, viviendas o ingresos vitales.

Una parte de estos asuntos ya están en la Constitución pero tan solo como principios rectores. Y habría que dotarlos de más seguridad trasladándolos al lado de los derechos fundamentales, en el capítulo segundo del título primero de la Carta Magna.

El Estado de Bienestar es una de las mejores utopías factibles de la humanidad, por lo que conviene protegerlo, aunque todos sepamos que con la actual disposición de las Cortes sería imposible hacerlo. Pero hay que agradecer al grupo de profesores universitarios, liderados por Diego López Garrido, que hayan estudiado esa utopía.

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