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Historia

El hijo de un combatiente de La Nueve: "Quitaron la bandera nazi y pusieron la francesa y la española"

Aimar Bretos recupera la historia de La Nueve, la compañía compuesta por españoles republicanos que participó en la liberación de París en la Segunda Guerra Mundial

Las entrevistas de Aimar | El hijo de un combatiente de La Nueve: "Quitaron la bandera nazi y pusieron la francesa y la española"

Madrid

Hace 80 años, en plena Segunda Guerra Mundial, una compañía francesa, compuesta en su mayoría por republicanos españoles, tuvo un papel fundamental, en la liberación de París, que estaba ocupada por los soldados de Hitler. Una guarnición de unos 17.000 alemanes seguían en París. Iban a intentar resistir, pero estaban a punto de perder la ciudad. El 24 de agosto de 1944, un español de Burriana se quedó al mando de la columna de tropas que acababa de entrar en París. Era Amado Granell y su superior, Raymond Dronne, acababa de darle esa enorme responsabilidad. Era un hombre de su máxima confianza, una pieza clave de la novena compañía del regimiento de marcha del Chad de la Segunda División Blindada francesa. La Nueve. Dos años después, el Heraldo de España publicó el testimonio de Amadeo Granell, que describió así ese momento: "Las campanas de Notre Dame nos conmovieron y se nos encogió el corazón. El combate no nos había endurecido del todo. Gritos vivas y canciones por todos los lados, sobre todo La Marsellesa. Acompañaban el sonido de las campanas. Todos teníamos los ojos húmedos y una opresión en la garganta. Traté de cantar con los otros, pero no pude. Aquel entusiasmo era la libertad. Era la victoria. Ni siquiera podía pestañear, temeroso de que me brotaran las lágrimas. Nuestros sentidos parecían privados de todo impulso".

Martín Bernal y Rafael Gómez

En aquella compañía también estaba Martín Bernal, un novillero que instalaba calderas y estaba afiliado a la CNT. Isabel Vaquero, su sobrina nieta, recuerda que su tío acabó allí porque en Francia le hicieron "una oferta que no pudo rechazar". Había llegado a ese país, después de una larga huida que empezó cuando consiguió escapar junto antes de que le fusilaran. O se alistaba en la Legión Extranjera o tenía que volver a España y él sabía perfectamente que era un riesgo que no podía correr. En La Nueve también estuvo Rafael Gómez, hijo de un militar que auxilió a Franco cuando resultó herido en la guerra del Rif. Jean Paul Gómez es su hijo y recuerda emocionado ese giro de la historia por la que un joven acabó huyendo del hombre al que había salvado su padre. Rafael y Martín formaron parte de La Nueve, una división por la que pasaron hombres de hasta catorce nacionalidades diferentes.

"La Nueve se funda en Orán, en agosto de 1943 y se va a nutrir de buena medida de los españoles que permanecen en campos de internamiento franceses. Algunos de ellos llevan allí desde marzo de 1939", explica Diego Gaspar, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza. Gaspar dirige un proyecto que explica la historia de La Nueve y que incluye un buscador para saber qué hizo cada uno de los que estuvo allí. A día de hoy no se puede saber con certeza cuántos españoles formaron parte de La Nueve, pero Gaspar sostiene que la cifra puede rondar los 180. "Es una historia que sigue viva y seguimos intentando recuperar más información sobre la identidad de todos ellos, porque algunos se alistaron con seudónimo'.

De 'rojos indeseables' a 'hombres nobles'

Entre los españoles enrolados en La Nueve había desde electricistas a peluqueros, pero llama la atención que hubiera muchos mecánicos. La teoría que maneja Gaspar es que muchos españoles declararon ser conductores, mecánicos o camareros buscando un tipo de protección y no acabar en la infantería de a pie.

Al mando de La Nueve estuvo el el capitán Dronne que mantuvo una "relación de amor total hacia los españoles", porque si bien tuvo sus reservas en un principio y se refería a ellos como jóvenes indisciplinados, acabó reconociendo su valía. "No olvidemos que habían sido percibidos por esa tercera República francesa ya como rojos indeseables, pero al final acaba comprendiendo que son hombres nobles, con una experiencia militar que es fundamental. En sus notas personales, destaca el arroyo, la seriedad y la dedicación de los españoles", explica Gaspar.

El Nido del Águila

Después de participar en la liberación de París, La Nueve se enfrenta a ocho meses sangrientos. "Para que nos hagamos una idea, entre septiembre del 44 y enero del 45 se van a concentrar más del 75% de las muertes que va a sufrir la compañía. Y a esas pérdidas hay que añadir las decenas de bajas que se producen, que no provocan la muerte, pero que sí, que son heridas que hacen que salgan de ahí. Son combates muy duros en Alsacia, en el camino hacia Estrasburgo", explica Gaspar. Tanto Rafael Gómez como Martín Bernal llegaron a Berchtesgaden, donde se encontraba el Nido del Águila, la casa que el partido nazi le regaló a Hitler. Bernal le contó a su sobrina nieta que algunos se llevaron las sábanas y otros un ajedrez, pero que él prefirió "orinarse en el sillón de Hitler, porque era su pequeña venganza".

La decepción

España no participó en la Segunda Guerra Mundial, pero los españoles de La Nueve vieron como cayeron tanto Hitler como Mussolini. Muchos de los supervivientes españoles de La Nueve confiaban en que ahora los países aliados les ayudaran para acabar con Franco. "Él siguió luchando, pensando que después iban a volver a España. Su idea siempre fue que después iban a volver a derrotar a Franco, cosa que no sucedió", explica Isabel Vaquero.

Hubo que esperar hasta el 94 para que Mitterrand y Felipe González homenajean de forma conjunta a los y las resistentes españoles que contribuyeron a la liberación de Francia. Pero fue un homenaje, digamos, genérico. No hubo un homenaje específico. La pregunta se formula sola: ¿Hubo un intento por parte de Francia de diluir el papel de los españoles en La Nueve? Diego Gaspar cree que esa intención trasciende lo español. "Los adoquines de París tienen un peso específico en la historia muy importante. De Gaulle el 25 de agosto dijo que la liberación de París se había completado gracias al concurso de los ejércitos franceses y a los propios parisinos. Ahí se puso la primera pieda de una construcción que pretendía ensalzar el mito resistente y, en esa construcción, no entran los españoles, ni los antifascistas extranjeros, ni las mujeres, ni los soldados de las colonias. En esa recuperación de la memoria, es fundamental el trabajo de historiadores y, en el caso español, con el trabajo de Evelyn Mesquida, que recogió el testimonio de muchos hombres que participaron en La Nueve. Jean Paul Gómez destaca también el papel de Mesquida porque tuvo "la paciencia, el coraje y la tenacidad de comprender que ahí había una injusticia".

Marisol Rojas

Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando...