La 'teleco' Icom, bajo la lupa tras las explosiones de 'walkie-talkies' en el Líbano
El logo de la empresa japonesa aparece en los restos de los aparatos de la segunda oleada de explosiones simultáneas, pero se defiende apuntando la posibilidad de que los dispositivos fueran falsificaciones de sus modelos o aparatos que se dejaron de distribuir hace una década modificados
Así son los supuestos dispositivos de las explosiones en Líbano
Mientras se sigue investigando cómo fueron manipulados los buscas fabricados por BAC Consulting KFT, empresa con sede en Budapest (Hungría), la sospecha se cierne ahora sobre una empresa japonesa cuyo logo aparece en los walkie-talkies empleados por milicianos de Hezbolá en las explosiones que han dejado al menos 20 muertos, la segunda oleada de explosiones simultáneas en aparatos inalámbricos de comunicación. Se trata de Icom, empresa nipona de telecomunicaciones que dice que por ahora "no puede confirmar" si sus modelos de walkie-talkies fueron empleados en las explosiones.
La empresa con sede en Osaka apuntó a las posibilidades de que los dispositivos en cuestión fueran falsificaciones de sus modelos o aparatos que se dejaron de distribuir hace una década a los que se añadieron baterías modificadas.
Dos olas de explosiones en aparatos dejan 32 muertos y 3.200 heridos en Líbano en 24 horas
Producidos y vendidos entre 2005 y 2014
Los aparatos en cuestión de Icom involucrados en las explosiones son walkie-talkies modelo IC-V82, de los que unas 160.000 unidades fueron producidas y vendidas tanto en Japón como en el extranjero, incluyendo Oriente Medio, entre 2005 y 2014, explicó la firma en un segundo comunicado publicado este jueves. Los aparatos se dejaron de fabricar hace una década y, desde entonces, las sedes y filiales en el extranjero de Icom no han sacado al mercado nuevas versiones de los mismos. Icom también dejó de producir y vender las baterías empleadas en esos radiotransmisores portátiles.
La empresa nipona de telecomunicaciones únicamente vende sus productos en el extranjero en tiendas oficiales, y aplica un estricto control de sus exportaciones bajo la normativa de las autoridades japonesas, añadió Icom. Todos sus aparatos de radiotransmisión son producidos en Japón y cumplen las normativas de seguridad internacionales para el sector, según la firma, que añadió que no emplea en sus productos piezas de otros fabricantes.
Asimismo, el director de la empresa, Yoshiki Enomoto, explicó que algunas de las imágenes que circulan de los supuestos aparatos de Icom que estallaron el Líbano muestran lo que podrían ser baterías no homologadas y modificadas para explotar.
El responsable de la firma también señaló que "no es posible determinar" los canales de distribución de sus productos, o si los empleados en el Líbano eran efectivamente de la firma, sin comprobar sus números de serie.
El Ejecutivo nipón, por su parte, señaló que está al tanto de las citadas informaciones" y se encuentra recopilando detalles sobre el asunto", según dijo hoy en rueda de prensa el portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshimasa Hayashi.
La nueva oleada de explosiones simultáneas en aparatos de comunicación que sufrió Hizbulá elevaron el balance de fallecidos a 32 personas, mientras que unas 3.200 han resultado heridas.
La Defensa Civil libanesa informó en un comunicado de que sus equipos participaron en la extinción de incendios desencadenados en decenas de inmuebles y vehículos a causa de las detonaciones de "aparatos inalámbricos y lectores de huellas dactilares".
Los incidentes sin precedentes de los últimos días han vuelto a disparar los miedos al estallido de una guerra abierta en el Líbano, contra el que Israel ya había intensificado su retórica en los días anteriores, insistiendo en la necesidad de acabar con la presencia de Hizbulá en la frontera.