Cuando Tesla soñaba con extraterrestres o el fin de las guerras: "Hemos recibido un mensaje de otro mundo":
Repasamos las luces y sombras de la vida del célebre inventor con el libro "Firmado Nikola Tesla" de la editorial Turner
Cartagrafías | La vida de Nikola Tesla
Arrancamos esta nueva entrega de #Cartagrafías con el fragmento de una carta de uno de los inventores más famosos de la historia, Nikola Telsa, dirigida a uno de sus inversores, el empresario J.P Morgan, cuando le reclamaba desesperadamente su apoyo económico para seguir con sus investigaciones. Al científico de origen serbio nacionalizado estadounidense, se le recuerda tanto por sus aportaciones - el desarrollo del suministro de electricidad de corriente alterna, la comunicación inalámbrica o el motor de inducción- como por sus fracasos, por su guerra comercial con Thomas Edison. Su vida es protagonista estos días de una exposición interactiva 'Nikola Tesla. El genio de la electricidad moderna', creada por la Fundación la Caixa y nosotros vamos a reconstruir algunos acontecimientos de su biografía a través de su correspondencia recogida en el libro "Firmado Nikola Telsa" de la editorial Turner con edición de Miguel Ángel Delgado.
La colección más importante de correspondencia del inventor se conserva en el museo Nikola Tesla de Belgrado donde está todo su archivo -lo que queda porque muchos documentos se perdieron en un incendio en su laboratorio y siempre se ha especulado que otros fueron robados por el FBI o por competidores-. Otra parte está en el Museo Morgan de Nueva York que contiene la colección del millonario J.P Morgan que invirtió un gran capital inicial en uno de los grandes proyectos de Tesla, la Torre Wardenclyffe, donde quería poner a prueba su sistema inalámbrico para la transmisión de información y energía. Nunca pudo hacerse realidad pero hace unos años un grupo de particulares consiguió recuperar el espacio para hacer un centro de investigación en su honor en lo que se conoce como uno de los primeros y más importantes crowdfunding de la historia.
Entre las cartas que repasamos y ponemos en este contexto destaca la que envió al inventor a la Cruz Roja cuando le pidieron que predijera el mayor logro de la humanidad del siglo. Tesla, que ya había detectado señales de radio cósmicas en su laboratorio que relacionó como intentos de comunicación de una forma de vida inteligente, contestó lo siguiente:
A LA CRUZ ROJA ESTADOUNIDENSE Nueva York:
Mi mejor idea, la que más quiero, la brindo a su noble causa: He observado acciones eléctricas que parecían inexplicables. Aunque eran débiles e imprecisas, me dieron la profunda convicción y el presentimiento de que, en este globo, dentro de poco todos los seres humanos alzaremos como uno solo nuestros ojos al firmamento, con sentimientos de amor y reverencia, emocionados por la magnífica noticia: “¡Hermanos! Hemos recibido un mensaje de otro mundo, desconocido y remoto. Dice: uno… dos… tres”.
También repasamos su infancia, su accidentada llegada a Nueva York y los diferentes altibajos profesionales que vivió como cuando comenzó a trabajar con Edison, antes de la guerra de las corrientes, y se desencantó por primera vez al comprobar que incumplía su palabra de recompensar su trabajo. En los siguientes años, recibiría por carta una de las noticias más duras de su vida: el anuncio de Marconi de la primera transmisión por radio en mar abierto e iniciaría un tardío proceso judicial por pirateo de sus patentes, cuyo resultado, favorable para él, no llegará a conocer en vida. Tesla no protegió inicialmente sus patentes.
De la primera pelea con Edison a sus últimos días en el Hotel New Yorker
Otros de los textos que repasamos tienen que ver con sus inventos, excentricidades (estaba obsesionado con la higiene extrema, con dar de comer a las palomas, con el número 3... ), sus últimos días y sus opiniones acerca de todo tipo de temas de la actualidad de su tiempo. Proponía crear un muro de energía que impidiera ataques a las naciones más débiles y en plena Segunda Guerra Mundial ofreció al gobierno de Yugoslavia la construcción de una línea de defensa. Además, lejos de todos los mitos que se han construido sobre su figura, conocemos la historia de las amistades que cultivó como con el escritor Mark Twain o con el militar Richmond Pearson, héroe estadounidense de la guerra de Cuba, que sacaba a Tesla de su encierro para ir al cine, tal y como recordaba la mujer del militar en una carta.
Tesla ha recuperado en las últimas décadas el honor perdido. Se ha dado su nombre a un asteroide, a un cráter de la luna, se estudia su figura en escuelas de todo el mundo e inspira personajes como el que encarnó David Bowie en la película "The Prestige" de Christopher Nolan. Bowie interpreta a Tesla que inventa una máquina para transportar cosas al espacio basada en experimentos reales del inventor.
Laura Piñero
Cartagena (1985) Periodista de la SER desde 2009....