La policía de Pakistán mata a tiros a un doctor acusado de blasfemia y una turba roba y quema su cuerpo
La policía no ha respondido a los vídeos difundidos en redes, y el gobierno ya ha abierto una investigación
Madrid
La policía de la provincia de Sind se mantiene en silencio tras los vídeos difundidos en redes sociales donde se ve como queman, supuestamente, el cuerpo del Dr Shahnawaz Kanbhar, asesinado horas antes por la policía.
Kanbhar fue acusado de subir "material insultante" en su cuenta de Facebook e insultos a Mahoma, el profeta del Islam, siendo posteriormente acusado de blasfemia.
El doctor se trasladó primero a la ciudad de Karachi en Sind desde Umerkot, huyendo de estas acusaciones, que según él, eran falsas y había sufrido un hackeo en sus redes.
Según el informe policial, el miércoles los agentes intentaron detener a dos hombres que viajaban en moto, para registrar el vehículo.
La policía dijo que no se detuvieron y uno de los hombres abrió fuego. En medio del tiroteo, las balas alcanzaron a Kanbhar, quién murió en el acto.
La policía asegura que no sabían que habían disparado al doctor, y que la otra persona consiguió escapar.
Un familiar de Kanbhar, ha dicho a la BBC, que en realidad fue un asesinato disfrazado como falso encuentro, algo que los agentes ya han negado.
De hecho, el día anterior los islamistas de Umerkot organizaron una protesta pidiendo su arresto, y prendieron fuego a su clínica.
La familia viajó varios kilómetros hasta la localidad de Janhero para enterrar su cuerpo, pero medios locales aseguran que una turba, una muchedumbre de gente, los siguieron y se llevaron el cuerpo para posteriormente quemarlo públicamente.
Tras esta noticia, el Ministro del Interior de la provincia ha ordenado abrir una investigación independiente e imparcial del asunto.
Este asesinato llega el mismo día en que un tribunal del país, ha condenado a una mujer cristiana a muerte por blasfemia, acusada de compartir un texto inapropiado en WhatsApp.
La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán ha dicho estar profundamente preocupada, aunque este no es un hecho aislado, hace una semana otro oficial abrió fuego dentro de una estación de policía en la ciudad de Quetta, matando a un sospechoso acusado de lo mismo.
Los asesinatos de sospechosos a manos de los propios ciudadanos son comunes, y el simple hecho de estar acusado, te condena de por vida.
Incluso los rumores pueden desencadenar disturbios en las calles.
En Pakistán, cualquier persona que insulte al Islam o a figuras religiosas islámicas, puede ser condenada a muerte. En los últimos años ha habido un aumento de ataques contra sospechosos sin esperar a una sentencia.
En junio, una turba entró en una comisaría, secuestró a un turista y lo mató por presuntamente, haber profanado el libro del Islam.