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Gustavo Martín Garzo: "Todos necesitamos amor. El amor es como el arte, es fantasía, es el mundo de las bellas mentiras"

El multipremiado escritor nos presenta 'El cuarto de los sombreros', una novela con dos historias diferentes, atravesadas por el amor, el mundo de la fábula y la fantasía, la realidad y la ficción

Gustavo Martín Garzo: "Todos necesitamos amor. El amor es como el arte, es fantasía, es el mundo de las bellas mentiras"

Gustavo Martín Garzo: "Todos necesitamos amor. El amor es como el arte, es fantasía, es el mundo de las bellas mentiras"

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Vivimos para amar y ser amados, afirma Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 76 años). El escritor es Premio Nacional de Narrativa, de Literatura Infantil y Juvenil, Premio Miguel Delibes y Premio Nadal, entre otros, por una obra extensa y extraordinaria sobre vivir, amar, soñar, buscar la belleza, morir y resucitar. Martín Garzo acaba de publicar con Galaxia Gutenberg El cuarto de los sombreros, una novela atravesada por la complejidad del amor, una invitación -en dos historias diferentes- a explorar los mundos de la imaginación, los sueños, la fantasía, la fábula, la magia. Ese mundo donde todo es posible.

Martín Garzo no tiene muy claro el punto de partida de este libro, "la escritura es como una aventura y el escritor un vagabundo arrebatado del lugar en el que está por algo que no entiende. Y eso nos obliga a iniciar un camino que no sabemos a dónde nos lleva, despertando esas cosas que no sabías que estaban ahí, pero obviamente estaban en ti y, al despertar, cobran vida", dice. "La tarea de la literatura es explorar, digamos, esa vida escondida, esa vida invisible, esa vida oculta".

Cubierta de &#039;El cuarto de los sombreros&#039;, de Gustavo Martín Garzo

Cubierta de 'El cuarto de los sombreros', de Gustavo Martín Garzo / Galaxia Gutenberg

Cubierta de &#039;El cuarto de los sombreros&#039;, de Gustavo Martín Garzo

Cubierta de 'El cuarto de los sombreros', de Gustavo Martín Garzo / Galaxia Gutenberg

Las protagonistas de El cuarto de los sombreros, la primera de las historias, son Paulina y Carmiña. La primera ha escrito un libro, antes de morir, contando la relación que mantuvieron. La segunda, una septuagenaria, considera que esa historia es inventada, aunque al leerla le parece más real que la que recuerda haber vivido. "El amor nos hace desgraciados y, sin embargo, no podemos prescindir de él. ¿Qué pasa con esto que nosotros llamamos amor? Esa pregunta es la pregunta que centra absolutamente el libro, la pregunta por el amor", advierte el autor. "El amor es como entrar en el mundo de la fábula y por eso no puedes prescindir de él, porque lo que vives en esos instantes es algo que en ningún otro momento vives. Y en la medida en que lo has vivido, lo único que quieres es repetirlo clarísimamente".

El mundo de la fábula es el mundo de la posibilidad, el mundo donde todo es posible, un mundo que de alguna forma te devuelve a la infancia, porque es un mundo que está presidido por la magia. "Ese mundo de la fábula es el mundo que amplía nuestra vida, porque de alguna forma, si lo piensas bien, nuestra razón es una casa demasiado pequeña para que quepa en ella toda nuestra vida. Hay un mundo que es el mundo de las afueras. Freud habló de las afueras, que es el mundo de lo otro, el mundo de la muerte, el mundo del inconsciente, el mundo de la locura, el mundo de la poesía también y el mundo de los otros, de los excluidos, del niño, de la mujer, del maltratado, del que viene de otros mundos, del emigrante, etcétera. Ese mundo de las afueras necesita un poco la fábula para poder expresarse. Es lo que siempre espero de la literatura, que me lleve a lugares de encantamiento, lugares de hechizo. Sin ocultar, obviamente, el lado doloroso que puede existir en eso", explica Martín Garzo.

Del cuarto de los sombreros, donde ocurren esas cosas fascinantes, a una gruta en la segunda historia, La mentirosa, donde también ocurren cosas fantásticas. En La mentirosa, el escritor nos lleva hasta la segunda mitad del siglo XIX, a Nevers, donde se producen una serie de apariciones como las de Lourdes. Monseñor está escribiendo también un libro sobre Bernadette. Un libro, dice la niña, que cuenta cosas que o no son verdad o no son como sucedieron. De nuevo, el escritor nos adentra con maestría en la frontera entre realidad y ficción. "Me fascinan los seres visionarios y Bernadette es una niña que tiene una visión. Una visión que tiene una lógica, puesto que ella vive en una familia terrible, una familia donde no hay dinero, donde los niños son muy pobres, es analfabeta, no tiene un lugar en el mundo. A la vez pertenece un poco a ese mundo provenzal, el mundo del amor cortés, el mundo de los caballeros, de las damas adoradas, el mundo de las señoras que reinaban sobre los demás. Y la Virgen es una señora, es una dama a la que adorar. Y ella vive con estas fantasías, se deja llevar por esas fantasías frente a una realidad que no le da absolutamente nada", explica.

Saint Bernadette Soubirous (1844-1879). Photograph from 1864. Paris, Fondation Napoleon.

Saint Bernadette Soubirous (1844-1879). Photograph from 1864. Paris, Fondation Napoleon. / Photo 12

Saint Bernadette Soubirous (1844-1879). Photograph from 1864. Paris, Fondation Napoleon.

Saint Bernadette Soubirous (1844-1879). Photograph from 1864. Paris, Fondation Napoleon. / Photo 12

Lo que ve Bernardette es una llama, una llama que es un poco un lugar de iluminación en esa gruta oscura y perdida que al escritor, muy cinéfilo, le recuerda al cine. "Ir al cine es entrar en una sala oscura, es como la cueva de Bernadette. Tú entras allí, se apagan las luces y de pronto hay una luz que incide sobre la pantalla y aquello se llena absolutamente de imágenes. Y fíjate hasta qué punto la visión tiene que ver con el cine, que una figura como Juana de Arco, que en cierta forma se parece mucho a Bernadette, porque es una niña que también tiene una visión, es probablemente el personaje sobre el que más películas se han hecho. Dreyer hizo una película. Bresson, Rossellini, Preminger. Bruno Dumont hace poco. Juana de Arco y Bernadette lo que te ofrecen es eso, la imaginación, un mundo que solo ellas pueden ver".

 
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