'La Quinta Julieta', la tercera novela de 'Crónica del alba'

Ramón José Sender Garcés nació en Chalamera de Cinca, Huesca, en 1901, murió en San Diego, en 1982. Fue uno de los grandes escritores españoles del siglo XX y quizá el más importante de los novelistas españoles de posguerra en el exilio. Es el autor de, entre otras, 'Míster Witt en el cantón', 'Imán', 'La aventura equinoccial de Lope de Aguirre', 'La tesis de Nancy' o 'Réquiem por un campesino español'.

'Crónica del alba' es un prodigioso edificio literario que constituye, a la vez, un valioso testimonio sobre la España de la primera mitad del siglo XX. Está compuesta por nueve novelas. 'La Quinta Julieta' es la tercera de la serie. Se publicó en 1950 y cuenta la vuelta de Pepe Garcés a Zaragoza, tras estar en un colegio interno y la primera visita que le hace Valentina. Es una novela amable y muy romántica que cuenta muy bien un espacio mágico de la ciudad.

'La Quinta Julieta' es la tercera novela de la serie Crónica del Alba, compuesto por nueve novelas. La primera 'Crónica del alba', ya se la hemos contado en Un libro una hora. En la segunda, 'Hipogrifo violento', como cuenta el mismo Ramón J. Sender, el autor anima sus recuerdos de la infancia y en ellos se refugia creyéndolos una fortaleza inexpugnable. En la narración domina un realismo minucioso. Valentina sigue presente –en su ausencia– y Pepe con su obstinada voluntad, sus ansiedades y a veces sus dudas y heroísmos fallidos, ensaya el primer contacto con esa sociedad urbana y reglamentada –y difícil– que es un internado católico en todas partes y sobre todo en España.

En 'La Quinta Julieta', en palabras de Ramón J. Sender, la atmósfera familiar de Pepe Garcés, cambia. Ya no es la vida fácil de la aldea ni el internado de Reus, seguro y ligero de responsabilidades, sino la ciudad moderna con sus prisas, sus problemas y su tendencia a desestimar al individuo en favor del grupo. Estando en Reus, su familia se traslada a Zaragoza. He aquí, pues, a Pepe Garcés con el busto esculpido por el lego metido en una cajita de madera volviendo a la moderna y urbana Zaragoza, que habría sido más atractiva si Valentina estuviera en ella.

Cuenta Antón Castro que si tuviera que elegir un lugar de la Zaragoza Utópica, sería la 'Quinta Julieta', el lugar que inspiro a Sender y que le hace pensar en una Zaragoza vinculada con «Bomarzo» y con un espacio idílico. Un paraíso al que se llegaba en el barco cisne que paseaba por el Canal Imperial de Aragón que fue refugio de paseantes, escritores y eruditos de renombre como Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán. Un emplazamiento paradisíaco donde la burguesía más acaudalada de la ciudad gustaba pasar sus días de asueto, y donde las reuniones, los banquetes y los paseos a la sombra de una sombrilla de encaje y seda fueron el pan nuestro de cada día en la sociedad zaragozana.

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Como señala Guzmán Urrero Peña en el Centro Virtual Cervantes, Ramón J. Sender procede muchas veces ocultándose tras sus personajes, hablando por su boca. Luego ordena, aumenta o mengua su anecdotario para someterlo al troquel novelesco, y de ese modo convierte la proyección biográfica en literatura. Memoria y narración acaban siendo una misma cosa para un lector que también es confidente. Diversos estudiosos han insistido en considerar el ciclo de 'Crónica del alba' como una crónica (también periodística) alta por su calidad narrativa y noble por su certeza autobiográfica, más aún cuando la mistificación se entrelaza con la sinceridad.