'La virgen roja', el crimen de la niña prodigio de la República es la metáfora de todo un país
Najwa Nimri protagoniza junto a Alba Planas lo nuevo de Paula Ortiz, la historia real de la madre que asesinó a su hija, una joven prodigio a la que educó para encabezar la revolución de las mujeres en la España de la República
San Sebastián
Najwa Nimri fue una de las grandes estrellas del cine español en los noventa y los 2000. Su disco junto a Carlos Jean, No Blood, fue la banda sonora de una generación, que cantaban con susurros eso de ‘Dead for you’. Su rostro acompañó a ese nuevo cine español que directores como Alejandro Amenábar, Daniel Calparsoro o Julio Médem estaban desplegando en esa época, en películas como Tesis, Guerreros o Los amantes del círculo polar. Después, la actriz quedó en un segundo plano y volvió ya en este sistema de plataformas logrando una popularidad extrema con series como Vis a Vis y La casa de papel. Ahora regresa a ese cine independiente y artístico con La virgen roja, la nueva película de la directora Paula Ortiz. Dos mujeres que, a priori, venían de lugares diferentes, pero que han congeniado en este complejo e interesante proyecto.
“Había que cuadrar unas energías que eran todas muy diferentes. Hablo a nivel de dirección de actores, ella lleva un equipo que lo tiene dominado, son su gente, entonces eso te da mucha relajación porque ves que el equipo está coordinado con ella, porque hay muchas veces que en rodaje ves como el equipo no atiende al director y ahí empieza el primer quiebre. Ella es muy sensible dirigiendo a los actores, entonces deja muchos espacios, es bastante alucinante”, elogia la actriz a una directora que sigue indagando a través de su cine en la memoria de muchas mujeres atrapadas en su época.
“A mí la historia de Aurora y de Hildegart me ha acompañado desde la universidad. Me la contó una profesora de Historia. A propósito, además, de los temas de la eugenesia, de cómo la protogenética y la nueva ciencia era usada e integrada desde parámetros de la lucha obrera, el feminismo o Hitler, los nazis, la raza aria. Esos años 20 y 30 de Europa, que son tan locos y que tienen unas pulsiones que dices, cómo es posible que esas fuerzas estuvieron operando a la vez, aquello me pareció loquísimo. Y entonces preguntándole a una profesora por eso me contó esta historia y yo dije, guau, es brutal porque alberga la gran fábula del siglo XX, desde lo colectivo a lo individual de una madre y una hija, lo más atávico y primigenio que hay. Y es algo irresoluble. O sea, es incomprensible cómo una mujer tan fascinante, tan elevada, tan celeste, cómo dos mujeres consiguieron tener una galaxia de conocimiento y cómo los sueños de la razón engendran monstruos. Es alucinante”, explica la directora.
Producida por Amazon Prime Video, la película se estrena en cines esta próxima semana y ha pasado por el Festival de San Sebastián en sección oficial fuera de concurso. La virgen roja es la historia de dos mujeres, una madre y una hija, que nos lleva desde lo más íntimo y visceral, la maternidad, a lo más político. Ambientada en la Segunda República, un periodo poco explorado en el cine español, nos cuenta cómo estas dos protagonistas, Aurora y Hildegart Rodríguez, fueron dos mujeres adelantadas a todo y a todos, también a ese periodo político de la historia de España."No estábamos preparados", dice la actriz con pena y rabia. Dos mujeres intelectuales, que tenían en su mente cómo debía ser la sociedad del futuro, más justa, igualitaria y más culta. Sin embargo, España estaba fuertemente atrasada, como muestra una escena de la película en la sede de un Partido Socialista totalmente machista y masculinizado.
Entrevista | Paula Ortiz y Najwa Nimri por 'La virgen roja'
24:36
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1726575958461/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
“Realmente es que estábamos viviendo el momento de Lorca, Buñuel o Dalí. Y llegan estas mujeres que tienen de pronto una dimensión de la sexualidad, del cuerpo, de la identidad, un país donde la gente pasaba hambre, era analfabeta, la Iglesia tiraba para otro lado. Todo estaba funcionando con tal nivel de energía que aquello hizo crac. Y Aurora hizo crac. Yo creo que de tal elevación, hizo crac. No estábamos preparados. En el fondo es una fábula trágica”, explica la directora de esta historia que en la película empieza cómo acabó, con el asesinato de esa joven prodigio a manos de su madre por, a su juicio, traicionar el destino para el que había sido férreamente educada.
“El aislamiento acaba siendo forzoso por el momento en el que vivían. Y cuando viene la apertura, lo dijo Pepe Viyuela un día muy acertadamente, y es que no estábamos preparados para recibirla. Y entonces lo que hace ella con la hija es decirle, lo siento mucho, pero no vas a volar. No vas a volar. Entonces es terrible porque te preparas para que todas las mujeres vuelen y preparas a esa mujer para que inicie un vuelo que las demás tienen que seguir. Y en cuanto ves que se puede iniciar, lo que hace es caparlo, porque siempre estuvo capada ella en realidad, entonces es un drama. Y la gran pregunta era, ¿por qué no lo encarnó ella? Porque tuvo siempre que proyectarlo en otra persona, que eso es lo que nunca acaba de resolverse. Eso es lo que es rarísimo. Nunca firmó un libro. Nunca quiso figurar. No sé si no se creía capaz. Hay muchas incógnitas”, cuenta Najwa Nimri de su personaje, esa madre que moldea a una hija como una Frankenstein feminista para encabezar una revolución interseccional, también obrera y sexual, que definiese el futuro de las mujeres.
La actriz brilla con este pertubador personaje, una madre autoritaria, brillante y también herida, que le exigió estar siempre metida en esa cabeza durante el rodaje. “El equipo me decía, menuda cara de acelga. Soy un poco americana rodando, pero por elección, siempre estoy con la misma maquilladora y con un petit comité, no comparto mucho. Aparte en este caso concreto, también por respeto a la otra actriz, porque era más joven. Sé lo que es ser más pequeño y tener al lado una energía así. Es muy delicado interpretar a personajes así de complicados. Es muy delicado. Hay muchas energías, hay mucha gente. Todo el mundo salta por cualquier cosa. Yo he aprendido con el tiempo que si te mantienes al margen en rodaje es más fácil que las cosas vayan a buen puerto”, revela mientras la directora bromea con que nunca la vio hasta el final sin la peluca y la caracterización de Aurora.
Paula Ortiz, directora de películas como De tu ventana a la mía, La novia o Teresa, consigue que esa construcción intelectual detrás de la historia de Hildegart resuene hoy también como metáfora de un país. La autora maneja el drama, el thriller íntimo e imágenes poéticas para narrar un crimen que simboliza la historia de España. “Es una historia personal, alguien que intenta algo a través de la educación, a través del conocimiento, crear una mujer, realmente ser la primera piedra de una generación nueva. Y en el primer gesto de libertad, no la castiga, sino que interrumpe su existencia. Es terrible”, concluye.