Patti Smith brilla bajo la luna de La Alhambra
La veterana cantante ofrece un maravilloso recorrido por su cancionero en una gran actuación dentro de la programación del festival 1001 Músicas, donde han actuado también Diana Krall, Vetusta Morla o Mikel Izal
Granada
En el entorno único de La Alhambra, Patti Smith (1946) ofreció un concierto mágico que tardará en olvidar la veterana leyenda del punk. No lo tuvo fácil Smith, le pasó de todo, pero tiene tablas de sobra para sortear estas trampas que te pone la profesión. En su hora y tres cuartos de recital se olvidó la letra de Beneath the Southern Cross, uno de sus temas más memorables, y tuvo que empezarlo en un par de ocasiones. “Mi hijo -su guitarrista Jackson Smith- me enseñará el camino”, se excusó sin nervios. Luego tuvo que lidiar con algo menos habitual que sus olvidos.
Patti Smith volvió a Granada, décadas después, dentro de la programación del 1001 Músicas, un festival que llena de música uno de los lugares más hermosos de España. La música de Smith retumbaba entre las paredes de unos monumentos que han visto y oído de todo, ahora también a una de las voces más legendarias de los 70. La autora de Horses está en una forma envidiable, con una voz que sin ser hermosa maneja con una destreza tremenda y con una presencia escénica que pocos han alcanzado y que muestra en pequeños detalles como la manera en la que flotan sus manos cuando recita poesía o la delicadeza con la que se deshace las trenzas antes de volverse loca bailando.
SOFÁ SONORO | Escucha el programa dedicado al regreso de Patti Smith
Patti Smith y la llamada de San Valentín
En formato cuarteto y escudada por su hijo, con el que bromea y muestra una bonita complicidad, Smith se entregó con un cancionero que apenas varía de un concierto a otro, pero que cada noche es único. Los clásicos como Dancing Barefoot, Redondo Beach o Ghost Dance lo alternó con dos emotivas lecturas de poemas de Lorca en inglés. También ofreció, como siempre ha hecho en su carrera, bonitas versiones de gente tan dispar como su adorado Bob Dylan o Lana del Rey. En uno de esos tributos, cuando ella reposaba mientras su banda atacaba Fire de Jimi Hendrix, el amplificador explotó y el fuego de Hendrix se convirtió en humo y silencio. Smith regresó al escenario con una sonrisa y pidiendo disculpas por lo que parecía un final precipitado de una velada a la que le faltaban todavía los clásicos más queridos de su repertorio. Pero Patti tiene un máster en salir de líos de todo tipo y el público no estaba por la labor de irse a casa antes de tiempo. En uno de esos momentos de comunión colectiva que ofrece la música la gente comenzó a cantar People Have the Power y en uno de esos coros cantados a la noche de La Alhambra el sonido se arregló y Smith afrontó el final de la canción y del recital con el público entregado. “Nos hemos convertido en una metáfora viva demostrando que efectivamente la gente tiene el poder”, bromeó la cantante antes de enfilar el final de la noche con el recuerdo a su amante fallecido -Because the Night- y una interpretación salvaje de Gloria repitiendo aquellos versos eternos de su disco más mítico con aquel “Jesus died for somebody's sins, but not mine”.
Con la hora cumplida, Patti Smith se retiró exhausta dejando una sensación especial en el aire y a un público rendido a ella que coreaba su nombre. La ocasión bien merecía la pena y el lugar también. Las 1001 Músicas, que el año pasado ya trajo a Bob Dylan y este año ha juntado a Diana Krall, Noa o María José Llergo, da un paso más afianzándose como una cita única en el calendario de festivales juntando voces especiales en el mejor escenario posible. Patti, por su parte, marca su regreso a Andalucía, mostrando que a sus 77 años -cumplirá 78 en diciembre- en una de las más grandes voces del rock y una artista que trasciende más allá de géneros, estilos y épocas.