El valor de la ONU

Madrid

Estos días se desarrolla el 79º aniversario de la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas. Nacida en el año 1945 después de dos guerras mundiales como un lugar donde las naciones del mundo podían reunirse, discutir problemas comunes y encontrar soluciones compartidas.

Casi ocho décadas después, la ONU vive uno de sus momentos más oscuros. Con conflictos bélicos en muchos lugares y dos guerras aterradoras, la de Ucrania y la de Oriente Próximo, en las que se están cometiendo crímenes de lesa humanidad.

Pero también con un desfondamiento de la democracia en el mundo, un aumento extraordinario de la desigualdad y, como lleva tiempo denunciando la propia ONU, un periodo de emergencia climática que, siendo el principal problema de la humanidad, está taponado por la urgencia de resolver todo lo demás.

Antonio Guterres, su secretario general, ha denunciado la inoperancia de la organización cuando declara que “todos piensan que pueden hacer lo que quieran y no pasará nada”. Fundada en otras circunstancias, la ONU se ha hecho muy disfuncional. Y no es la menor de esas disfunciones que los cinco países que componen su consejo de seguridad puedan vetar cualquier solución a los conflictos.

Y pese a ello no existe alternativa a la ONU. Los aislacionistas de todas partes querrían acabar con ella