La ofensiva de Israel en Líbano no cesa. Este martes se ha producido una nueva oleada de bombardeos que, sumados a los de este lunes, ha provocado 569 muertos, entre ellos al menos 50 niños, y alrededor de 1.800 heridos. Ante esta situación, miles de ciudadanos del sur del país han decidido emigrar de forma repentina con el único objetivo de salvar su vida. Por su parte, el Ejército israelí ha asegurado que ha realizado un «ataque selectivo» en la ciudad, en el que ha matado al comandante de la unidad de misiles de Hizbulá, a quien identificó como Ibrahim Muhammad Kabisi. «Desde hace años y durante la guerra, fue responsable de los lanzamientos contra territorio israelí», han declarado las fuerzas israelíes en un breve comunicado, en el que dijeron que durante el ataque Kabisi se encontraba rodeado de otros comandantes «clave» del grupo. En este sentido, desde Tel Aviv señalan que esta operación está diseñada para ser breve, pero admite que puede extenderse en el tiempo, según confiesan algunos militares hebreos a Reuters. Según la agencia de noticias libanesa NNA el bombardeo estuvo dirigido contra un edificio de seis plantas en la zona de Ghobeiry, que forma parte del Dahye. Israel ya atacó el lunes los suburbios del sur de Beirut, presunto bastión de Hezbolá, para tratar de acabar con la vida del comandante Ali Karaki, quien según el grupo libanés salió ileso y fue después trasladado a una zona segura. Además, los dirigentes de Hezbolá han asegurado este martes que en los ataques que han lanzado contra Israel como respuesta a su ofensiva han logrado alcanzar su base naval, localizada en el sur de la ciudad de Haifa, situada cerca de la frontera entre Líbano y el país hebreo. El de este martes es el quinto bombardeo israelí contra la capital libanesa desde octubre de 2023, cuando el grupo chií, aliado de Irán, comenzó a lanzar ataques contra el norte de Israel en solidaridad con las milicias palestinas de la Franja de Gaza. En enero, las fuerzas israelíes mataron al entonces número dos de la oficina política de Hamás, Saleh al Arouri; en julio, al jefe militar de Hezbolá, Fuad Shukr; el pasado viernes a Ibrahim Akil, comandante de la Fuerza Radwan de Hezbolá, además de varios altos cargos del grupo; y este lunes intentaron acabar con Karaki, sin éxito. El intenso fuego cruzado ha alcanzado niveles sin precedentes en los últimos días, después de que Israel comenzase una campaña de bombardeos contra el sur y el este del país en los que han muerto ya 569 personas (50 menores de edad) y 1.800 han resultado heridas, según las autoridades libanesas. El país acusa al grupo chií (igual que hace con Hamás en la Franja de Gaza) de utilizar casas de civiles para almacenar armamento, y defiende que su ofensiva de los últimos días busca «degradar» las capacidades de Hezbolá para atacar a Israel. En este sentido, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado este martes que una «guerra a gran escala» entre el Líbano e Israel «no beneficia a nadie» y pidió dar una oportunidad a la diplomacia. «Una guerra a gran escala no beneficia a nadie. Aunque la situación se ha agravado, aún es posible una solución diplomática», manifestó ante la Asamblea General de la ONU, en su último discurso ante este órgano como presidente. Biden argumentó que la diplomacia sigue siendo el «único camino» para lograr una situación de seguridad «duradera» que permita a quienes residen en la frontera entre Líbano e Israel volver a sus hogares, tras haber tenido que huir por la violencia de los últimos meses. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha advertido de que «estamos al borde de una guerra total» en Líbano después de que Israel haya matado a casi 600 personas y haya herido a 1.600 en bombardeos llevados a cabo durante la jornada, en el marco de los enfrentamientos entre el Ejército israelí y el partido-milicia chií libanés Hezbolá. «La catástrofe continúa, y la escalada en Líbano es extremadamente peligrosa y preocupante. Estuve en Líbano hace unos días, justo antes de la explosión de dispositivos electrónicos. Ha estado creando terror entre la población libanesa. Puedo decir que estamos casi en una guerra total. Estamos viendo más ataques militares, más daños colaterales, más víctimas», ha declarado durante una rueda de prensa. Borrell ha lamentado que han muerto un «gran número de niños y mujeres», mientras que «a través de las pantallas de televisión vemos a miles de personas huyendo hacia el norte» de Líbano, «provocando grandes atascos en el sistema de transporte al escapar». «Los ataques continuarán y los bombardeos también», ha observado desde Nueva York, donde se celebra esta semana el 79 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Los libaneses han comenzado a abandonar la zona que Israel ha convertido en objeto de sus ataques. Además, el G7 ha emitido también un comunicado esta madrugada en el que ha dicho que nadie saldrá beneficiado de esta escalada de la tensión y han pedido contención. Los ministros de Asuntos Exteriores de las principales democracias han advertido de que las acciones y contraacciones en Oriente Próximo podrían arrastrar a la región a un conflicto más amplio del que ningún país se beneficiaría. «Las acciones y contrarreacciones corren el riesgo de magnificar esta peligrosa espiral de violencia y arrastrar a todo Oriente Medio a un conflicto regional más amplio con consecuencias inimaginables», ha dicho el G7 en una declaración después de reunirse al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Han pedido que se detenga el actual ciclo destructivo, al tiempo que enfatizaron que ningún país se beneficiará de una mayor escalada de la violencia. El ministro de exteriores, José Manuel Albares, ha dicho en que esta guerra hay que pararla. Este lunes ha sido el día más letal en el Líbano desde hace 34 años -al menos 492 personas murieron- 35 eran menores - y hay unos 1.600 heridos. Israel ha aemitido órdenes de evacuación sobre zonas que ni dos horas después ya había bombardeado. Sus ataques han dejado una imagen muy similar a las de la Franja de Gaza hace meses: la de miles de familias huyendo con lo puesto de las bombas. Israel asegura que la guerra es solo contra Hezbolá. La milicia ha respondido esta noche con una serie de ataques en enclaves militares israelíes en los que hasta el momento no hay víctimas. España tiene tropas desplegadas en Líbano: 650 cascos azules que por el momento han suspendido las patrullas y han reducido al mínimo su actividad. La ministra de defensa asegura que a pesar de lo grave de la situación tienen la moral «muy alta». El Ministerio de Asuntos Exteriores español ratifica que ya está preparado un plan de evacuación del Líbano del que no ofrece detalles pero que garantiza que se pondrá en marcha en cuanto se considere necesario en función de la evolución de los acontecimientos. Fuentes oficiales de Exteriores incidieron en el anuncio de ese plan hecho por el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, desde Nueva York, donde acompaña al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en diversos actos con motivo de la Semana de Alto Nivel de la ONU. La situación en Líbano es considerada por las fuentes citadas de muy preocupante porque evidencia que la escalada de la que se estaba alertando en Oriente Medio ya ha llegado y nada indica que se vaya a parar. Ante esa situación tan grave y de alarma insistieron en que España tiene preparado un plan de evacuación que recalcan que no está en marcha y que sólo se activará cuando se considere necesario, pero evitan ofrecer detalles al respecto. El primer ministro libanés, Najib Mikati, ha anunciado este martes que viajará de improviso a Nueva York, donde se celebra la Asamblea General de la ONU, ante la oleada de bombardeos israelíes que la víspera causaron casi medio millar de muertos en el Líbano. «Dados los acontecimientos actuales, el primer ministro decidió dirigirse a Nueva York para realizar más contactos y, por consiguiente, se cancela la reunión del Consejo de Ministros que estaba prevista para las 11:00», informó el Gobierno libanés en un comunicado. Estaba previsto que Mikati encabezara esta mañana una reunión del Gabinete de Ministros en Beirut para abordar la situación en el país.