Laura Nicholls se reencuentra con el balonmano tras una carrera gloriosa e imprevista en el basket: "Me echaron del baloncesto por mala de pequeña"
La que fuese pívot de la selección española de baloncesto ha vuelto a casa para enrolarse en las filas del Uneatlántico Pereda de balonmano
Laura Nicholls se reencuentra con el balonmano tras una carrera tan gloriosa como imprevista en el basket: "Me echaron del baloncesto por mala de pequeña"
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El regreso a las canchas de Laura Nicholls ha sido una de las mayores sorpresas de este último verano. La que fuese incluso internacional española en la selección de baloncesto asumió un nuevo reto inédito en estas cotas. Su nuevo club, el Uneatlántico Pereda de la División de Honor femenina de balonmano, firmó en el último mercado de fichajes una incorporación para frotarse los ojos, y es que ha conseguido reclutar para su proyecto a una leyenda del deporte femenino nacional, convenciéndola hasta para cambiar de deporte a los 35 años. La protagonista de esta historia ha podido relatar en 'El Larguero' cómo está siendo su readaptación a otra disciplina, una aventura que emprendió ya de niña, pero que quedó a un lado por otra etapa gloriosa.
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"Llevo muchos años con ganas de hacerlo. Siempre hay que conocer a alguna persona que te dé un empujoncito de confianza para llevarlo a cabo", admitió Nicholls, quien atendió a la llamada de la Cadena SER ya desde su Cantabria natal. "Una amiga", fue clave para asumir el reto después de mucho tiempo con el "gusanillo", como reconoció, y es que sus primeros pasos en el balonmano se vieron cortados antaño por la falta de equipos femeninos en su tierra.
"Me echaron del baloncesto por mala de pequeña. Probé varios deportes y uno de ellos, el balonmano. Disfrutaba muchísimo, me lo pasaba muy bien, pero hubo un año en el que ya no había equipo femenino porque hasta entonces era mixto. Se decidió otra vez que volviese al baloncesto porque mi madre no me aguantaba en casa", relató, haciendo pública una infancia en la que el balonmano estuvo presente gracias a su familia. "En mi casa jugaban al balonmano mi padre y mi tío", aseguró, recordando acudir a los partidos con su abuela antes incluso de tener conciencia del reglamento siquiera: "Ahora sé lo que son pasivos, antes sólo conocía la palabra", comentó con Manu Carreño entre risas.
De esta nueva etapa, en la que espera ejercer "de lateral", Laura Nicholls valora sobre todo la satisfacción de volver a casa después de convertirse en una trotamundos: "El primer entrenamiento que llego a casa con mi mochila, me ducho, ceno y me voy a dormir haciendo algo que me gusta... No ha tenido precio".
Nicholls no se pone límites en el balonmano. Su idea pasa por "sumar al equipo y aportar" siempre que su entrenador considere necesario y, aunque revela haberse sentido "gilipollas" cogiendo una pelota de balonmano después de mucho tiempo con las de basket, promete batalla en las pistas: "No vengo aquí a pasar el tiempo".