Ana Crespo, presidenta de la Real Academia de Ciencias: "La ciencia tiene su romanticismo. He tenido muchas oportunidades de quedarme sin respiración"

Madrid

Ana Crespo ha llegado a la presidencia de la Real Academia de Ciencias con un 80% de los apoyos. Una institución que busca fomentar el estudio y la investigación de la ciencia como las matemáticas, física, química entre otras. Su única similitud con la Real Academia de la Lengua es el cuidar y definir el lenguaje científico. También se encarga de asesorar al Gobierno gracias a su naturaleza interdisciplinar al contar con biólogos, físicos, matemáticos o químicos. Pese a ser una institución eminentemente técnica, Crespo confiesa que “la ciencia es tan bella, tan hermosa que también tiene su romanticismo”.

Esa sensación es algo que dice que, cuando era más joven, transmitía mejor a sus alumnos cuando daba clase. La masificación de las aulas la han ido alejando de la enseñanza paulatinamente. Es en la dirección de las universidades donde Crespo es más crítica. Cree que se debe basar la estrategia en la atracción del talento y revertir una situación plagada de salarios bajos y precariedad.

Dada la naturaleza de la investigación, el talento en la ciencia es difícil de definir. De entrada es crucial la capacidad intelectual unida a la pasión por el campo que se estudia. La capacidad de trabajo es un factor fundamental dado el alto nivel de exigencia y frustración. Crespo relata la sensación tan agria que puede quedar tras ser rechazado por una revista científica después de haber hecho una investigación, a priori, impecable. Crespo reconoce que “los revisores no tienen por qué ser personas educadas y en ciencia no todo el mundo lo es, y te dice unas cosas terribles”.

Crespo agradece que en el entorno de la ciencia se preste más atención a la salud mental hoy en día. “Todos los científicos un poco mayores conocemos casos donde no se pudieron soportar las presiones y condujeron al suicidio”, reconoce Crespo.

El equilibrio emocional es fundamental en este campo porque muchas veces convergen la intuición, la incertidumbre, el rigor y el estrés por obtener resultados. Crespo le otorga un papel fundamental al olfato a la hora de investigar. “En la construcción de la hipótesis, la intuición es fundamental. Para oler lo que puede estar pasando. Yo creo que un científico tiene que ser intuitivo” concreta.

La directora de la Real Academia de Ciencias se lamenta de la presión para que una investigación desemboque en una aplicación que genere un rendimiento económico. Pide respetar las fases de la investigación y entender que la ciencia básica no tiene como objetivo lograr un conocimiento aplicado. Aún así, entiende que para poder llevar a cabo una investigación se generen alianzas con empresas para obtener dinero para las investigaciones.

Ante el caso de Juan Corchado, el rector de la Universidad de Salamanca, acusado de hinchar su currículo con una entramado de citas falsas, Crespo se lamenta de los métodos de valoración en el mundo universitario. Entiende que a la hora de filtrar candidatos para una posición determinada se tengan en cuenta las citas. No así para elegir un puesto de más responsabilidad, donde se debería valorar el número de conferencias o charlas en su campo, por ejemplo.