"Caray con el hacedor de España": los apuntes de Ángeles Caballero sobre el rey Juan Carlos, sus fotos con Bárbara Rey y sus memorias

Madrid

No es normal que un rey acuda a un chalé de Boadilla del Monte a comerse una paella con una vedette. No es normal que alguien haga fotos del encuentro de ese mismo rey, con su camisa de rayas y su canesú, mientras esa misma mujer le sirva el arroz y el hijo de esa mujer opte, treinta años después, por vendérselas a una revista holandesa como venganza porque esto es España y no una peli de tarde. No es normal que esas imágenes hayan podido servir para un supuesto chantaje de Estado pagado por dinero público durante años. Caray con el hacedor de España y el uso y disfrute de su tiempo libre.

No es normal que el que fue primero de los españoles escriba: “Mi padre siempre me aconsejó no escribir memorias. Los reyes no se confiesan. Menos aún en público. Sus secretos quedan enterrados en las sombras de los palacios. ¿Por qué desobedecerle hoy? ¿Por qué finalmente he cambiado de opinión? Tengo la sensación de que me están robando mi historia”. No es normal, sino más bien una broma de mal gusto, que Juan Carlos I hable de robar. No es normal que se sirva de este argumento para que se las escriban. No es normal que el libro vaya a titularse ‘Reconciliación’. Explicaciones de qué, dijo en el primero de sus viajes a Sanxenxo. Reconciliación con quién, pregunto yo ahora desde estos estudios.

No es normal que la autora de sus memorias sea la misma autora que publicó esa hagiografía llamada ‘Mi rey caído’ donde lo presenta como la víctima más víctima de todas las víctimas. No es normal que no sepamos dónde irá a parar el dinero de los derechos de autor. Quizá a la fundación creada por este mismo señor para asegurar la herencia de sus dos hijas. Como tampoco es normal que tribute (bendita palabra, majestad) tan lejos de Boadilla del Monte.

Como tantas otras cosas, casi nada es normal. Quizá solo para él. Y ahí es donde está el problema.