Más de la mitad de los adolescentes españoles tiene dificultades para identificar una noticia falsa
'Save the Children' alerta en un informe de los riesgos de la desinformación y exposición a discursos de odio de la infancia y pide medidas para proteger a los menores
Madrid
Las redes sociales, con un 62%, y la televisión, con más de un 60% son los medios más usados por los adolescentes para informarse. Superan de largo otros medios de comunicación como la prensa online (32%), la radio (9%) o la prensa en papel (5%), según los datos recopilados por Save the Children del informe Desinformación y discursos de odio en el entorno digital publicado con motivo del Día Internacional del Acceso Universal a la Información que se celebra el 28 de septiembre y en el marco de su campaña #DerechosSinConexión.
Para el 16% de los menores redes y creadores de contenido son siempre una fuente fiable y un 70% piensa que pueden serlo en determinadas ocasiones. Por sexos los chicos confían más en este tipo de fuentes: un 23% considera que son una fuente fiable de información frente a un 9% de las chicas.
La investigación también concluye que un 51% de los menores no es capaz de identificar siempre si está ante un bulo y que uno de cada cuatro no contrasta la información cuando tiene dudas. Un 56% recurre a familiares y amigos cuando tiene dudas sobre su veracidad. “Nos preocupa que estos familiares y amigos también se estén informando a través de las mismas fuentes, lo que podría crear un efecto burbuja y ampliar el riesgo de perpetuar información falsa”, señala Catalina Perazzo, directora de Incidencia Política y Social de Save the Children. La organización reclama la aplicación de las medidas previstas en la Ley de Protección a la infancia y la adolescencia para proteger a los niños de la violencia.
¿ Las personas son mayores más vulnerables a los bulos?
“Si bien Internet ha democratizado el acceso a la información, también ha facilitado la proliferación de contenido erróneo y perjudicial, que perpetúa estereotipos negativos, modelos irreales de vida y fomenta discursos de odio. Esta exposición, junto a la deshumanización que caracteriza a menudo las relaciones en el mundo digital y que provoca comportamientos que no se tendrían en el entorno físico, hace que chicos y chicas sean especialmente vulnerables a estos contenidos”, incide Perazzo.
Estereotipos sexistas
La ONG reclama también una educación en igualdad ante la cantidad de mensajes misóginos y sexistas que se vierten en las redes sociales. “La validación pública de la autoexposición que realizan los y las influencers puede provocar que chicos y chicas repliquen estas conductas y que acaben compartiendo aspectos más personales o fotos íntimas o sexualizadas. Esto tiende a ocurrir en mayor medida en el caso de las niñas y adolescentes, que debido a los estereotipos sexistas pueden sentir que tienen que amoldarse a los cuerpos públicamente deseables”, señala Perazzo.
La investigación se basa en encuestas a 3.315 adolescentes de a partir de 14 años en España y cinco grupos de discusión formados por 27 niños, niñas y adolescentes, con representación de edades de 10 a 17 años. Además, se ha contado con la colaboración de personas expertas y profesionales del sector.