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Pedro Almodóvar, Premio Donostia 2024: "Nunca he pensado en mi talento, mi vocación era más fuerte que yo mismo"

Tras ganar el León de Oro, el cineasta manchego, emblema e historia de nuestro cine, recoge el máximo galardón del Festival de San Sebastián acompañado del equipo de 'La habitación de al lado'

San sebastián

Pedro Almodóvar inuauguró la década de los 80 en el Festival de San Sebastián en 1980. Vino aquí con su primer largometraje, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, que compitió en la sección Nuevos Realizadores. Tras algunos cortometrajes en Super Ocho, que había rodado por las calles de Madrid, esta fue su opera prima, una película libre, divertida, gamberra y donde ya se demostraba que había un autor, que posaba alegre y divertido junto a sus amigas Blanca Sánchez y Olvido Gara (Alaska) Almodóvar representaba la modernidad, hijo de la clase obrera, nacido en la España rural, llegó a Madrid en el momento en que España se abría a la libertad, sexual y política, y su cine bebió y nació con la democracia. "Era una película muy defectuosa", reconocía el director. "Pero esos defectos, que eran tantos se convertían en estilo", bromeaba el director recordando sus inicios.

Ahora, en 2024, después de dos Oscar, de premios en Cannes, de Goyas, de un León de Oro en Venecia y de haberse convertido en un emblema del cine español, en un autor importantísimo en el cine europeo y en un director admirado por Hollywood regresa a su primer festival a recoger el Premio Donostia a una carrera perfecta y que todavía tiene mucho que ofrecer. "Fue un viaje aquel lleno de emociones. Para mi, ayer cuando llegaba al hotel me daba cuenta de que en estos 44 años las cosas habían cambiado mucho en el mundo y en mi vida, pero esta ciudad seguía provocándome ilusiones muy profundas", explicaba sobre su vuelta a un festival, lo que le ha hecho pensar en cómo ha evolucionado su cine en estas décadas. "Me han preguntado si alguna vez había dudado de mi talento. No era esa la cuestión, nunca pensé en el talento, sino en que tenía una vocación que era más fuerte que yo mismo. Era hacer cine. Pensaba que si no conseguía hacer cine, sería la persona más desgraciada del universo. No estaba en el lugar adecuado, no conocía a nadie, pero he tenido una trayectoria llena de películas, unas mejores que otras, pero todas ellas son mías. Todas me pertenecen".

Entre esas películas destaca La flor de mi secreto, que fue proyectada fuera de concurso en la sección oficial de este certamen en 1985. "Esa película tenía una frase, que era la que iba a ser el título original". Se refiere a la expresión 'como vaca sin cencerro', que suelta el personaje de Chus Lampreave. Era una de las frases más celebradas en Nueva York y que mejor entendían", recuerda el director para evidenciar que su éxito ha sido ser él mismo. "Lo más sencillo y lo que menos esfuerzo cuesta es la espontaneidad, algo que en un mundo que tiende a la corrección política. Decir lo que piensas, actuar como piensas, si alguien se ofrende, pues ya está. Desde el principio, yo sabía cuando hacía esas películas que no eran las películas que España estaba esperando".

Su cine ha pasado por varias etapas. Una primera, cercana a esa explosión de libertad y diversión que dio la Movida Madrileña, la segunda, algo más introspectiva y melodramática, que inauguró La flor de mi secreto. Y una última, donde sus personajes son cada vez más maduros y donde su estilo se ha depurado muchísimo. "He cambiado porque la vida es movimiento y como todos los series humanos estoy sometido a los cambios biológicos. El hecho de tratar de no repetirme es no caer en el aburrimiento y reconocer que la naturaleza de una película es un descubrimiento. Lo que tengo la convicción es que empiezo una nueva aventura y no es retórico. No es un modo de hablar. Yo sí sé que estoy dispuesto a dejarme la vida en la aventura si es necesario", explicaba sobre su última película, La habitación de al lado, con la que ganó el León de Oro en Venecia, y que se proyecta en este festival. "Hay una enorme tentación en alguien que ha sido tan barroco como yo y contando historias tan extremas, que es la contención. Para mis significa depuración. Desde Julieta empecé en ese camino y me la impuse. He tratado de que La habitación de al lado, sobre una mujer que agoniza en un mundo agonizante".

Sobre ese mundo agonizante, se ha explayado el director manchego, como lo hizo en Venecia. Nunca ha sido ajeno al mundo que le rodea. Su cine es político, confesaba. "Las películas son políticas sin serlo", sentenciaba."Mis películas eran hedonistas, pop, pero tenían un mensaje implícito. El mensaje es la libertad. Como autor, para entretener, no puedo hablar de familias felices, necesito crear problemas, situaciones extremas, no creo que en las parejas felices ni en las familias felices. Pero como autor sí podía darles a los personajes una absoluta autonomía moral, no importando el status social, ni de donde venían. Quería que mis personajes fueran tan libres como yo lo era". En este último título tiene claro cuál es el mensaje que da al mundo en este momento de auge de extrema derecha. "Mi película habla de abrir los brazos y acompañar y ese es el mensaje que tenemos que aplicar y que nos va a beneficiar", explicaba hablando de migración, de cambio climático, de paz y de empatía.

El premio esta noche en el Kursaal se lo entrega Tilda Swinton. En la gala estará presente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Es la primera vez en la historia del festival que viene un presidente del gobierno. "Demuestra un apoyo a la cultura", decía el director. "Tengo un discurso para agradecer el premio, pero tengo a ese hombre delante, y hay muchas cosas que pedirle a un hombre de esas características a nivel político y a nivel físico", y mencionaba que en Europa se el conoce como Mr. Handsome. "Yo soy muy cabaretero, pero estoy por decidir algo más serio, como los problemas que nombra John Turturro en la película". el personaje dice que ha perdido la fe en el ser humano. "Probablemente tiene razón, luego expone que lo peor que le puede pasar a la sociedad es que la ultraderecha se encuentre con el liberalismo más salvaje. Si van de la mano, solo podemos pensar en que van a tomar las peores decisiones para todos nosotros", volvía a insistir

Acompañado de Tilda Swinton, su nueva y flamente chica Almodóvar, y por el reparto español del que es su primer filme en inglés, Raúl Arévalo, Melina Mathews, Victoria Luengo y Juan Diego Botto, el director vive un momento emotivo y sereno. Ha madurado, ya no sale de fiesta, ya no se droga, decía, pero que sigue conectando con el público más joven. "No conozco a ese público, no sé cómo son. No conozco a los tiktokers, ni siquiera a los influencers… Me gustaría hacer una película sobre ellos, pero tendría que empezar a investigar. Me alegro de que tengan la sensibilidad suficiente para que mis películas le sigan interesado", contaba el director que se ha dado un baño de masas en la ciudad vasca. "El paso del tiempo con el cine es muy cruel, hay obras maestras que envejece mal. Sin embargo, el tiempo me ha enriquecido, ha enriquecido mi cine y mis historias".

 
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