Pequeñas agresiones cotidianas
En las aglomeraciones del mundo moderno no faltan los 'microdictadores' que sienten un placer sádico al tratar a sus congéneres con desprecio
Najat El Hachmi: "Pequeñas agresiones cotidianas"
Madrid
Llegué tarde. Un minuto, solo un minuto, pero las puertas de acceso ya estaban cerradas. Supliqué a la mujer que las controlaba: el tren sigue parado en las vías, lo veo. Pero nada, hizo su trabajo y no me dejó pasar. Lo que me dolió no fue eso, sino que ni siquiera me mirara a la cara y que ante mi desesperación no emitiera gesto alguno que denotara que se ponía en mi lugar. En momentos así es cuando me siento más extranjera, casi inhumana.
Más información
La mayoría de nosotros fuimos educados para ser amables y cuidar las formas. No es extraño que la buena educación esté presente en todas las culturas: es un lubricante fundamental para el engranaje de la convivencia pacífica, amortigua y desplaza esa agresividad primitiva que a menudo sentimos al encontrarnos con desconocidos. Pero en la ciudad, en los sitios concurridos, en las aglomeraciones del mundo moderno no faltan los microdictadores que sienten un placer sádico al tratar a sus congéneres con desprecio.
Son paranoicos, dan por sentada la mala fe y si tienen algo de poder, por pequeño que sea, no dudan en usarlo para humillar al indefenso. Hace poco, en el control de pasaportes, los pasajeros de la cola de ciudadanos de la UE vimos a un trabajador de seguridad tratar de mala manera a un grupo de personas que procedía de Argel. "Qué coñazo de gente", terminó diciendo el señor, cuya única función era guiar a los que aterrizaban en el aeropuerto.
Protestamos quienes pudimos entenderle y el microdictador pareció sorprendido: "¿Ustedes para qué se meten si no les afecta?". Y es que uno de los peligros de esta violencia de baja intensidad es que nos acostumbremos a ella y la tengamos por normal. Pero lo normal sigue siendo lo deseable, lo bueno: ser amables y que lo sean con nosotros.
Najat el Hachmi
Najat el Hachmi (Nador, Marruecos, 2 de julio...